En 1968, Birmingham, la maltrecha ciudad inglesa bombardeada por la Segunda Guerra Mundial, dio a luz a Black Sabbath, una banda que forjó su sonido de los ecos de las plantas metalúrgicas, la oscuridad del polvo y la pobreza, y como si la historia requiriera un toque dramático, un accidente que acentuó su estilo.
Tony Lommi perdió las yemas de dos dedos de la mano derecha, lo que lo obligó, en su terquedad por tocar, a aflojar las cuerdas de su guitarra para evitar el dolor y, con ello, modificó el rugido de su instrumento haciéndolo más grave y pesado lo que, mezclado con el bajo intenso de Geezer Butler, la batería jazzera de Bill Ward y la extraña voz de Ozzy Osbourne, profundizó la atmósfera de las canciones de terror y dio vida al heavy metal.
57 años después, Black Sabbath está listo para hacer el último concierto de su carrera. En casa. En Birmingham. En el Villa Park, el mítico estadio de Aston Villa.
Un Ozzy cansado ha sido el protagonista de este adiós en el que logra reunir a sus viejos compadres, quienes no tocan juntos desde 1997, vestigio grabado en Reunion de 1998.
Back to the Begining es el título de este evento próximo en el que, además de Black Sabbath, tendrá como estrellas a otras leyendas como Metallica, Guns and Roses, Pantera, Slayer, entre otros, lo que le da el plus del homenaje a la última noche de los de Birmingham.
Sin embargo, ir a Birmingham no será la única opción de ver el último recital de los padres del metal, sino que ahora se anunció que el concierto será transmitido en vivo y streaming.
"Hemos recibido una demanda masiva por parte de fans de todo el mundo que no pudieron conseguir entradas. Se volcaron en las redes sociales, suplicándonos que transmitiéramos el concierto en directo. Como es un evento histórico, no podíamos decepcionarlos", declaró Sharon Osbourne, esposa del cantante, citada en el comunicado del grupo.
El llamado fue tal que los boletos se agotaron en 16 minutos.