TABASCO. Para Estela García, hablar de inundación es rememorar la tragedia de 2007 que dejó a casi un millón y medio de tabasqueños damnificados. Ese fue el hecho que la hizo tener conocimiento de los seguros contra inundaciones, y pese a continuar habitando la zona del trauma, contratar este servicio, no es una opción. La razón que la limita, es la economía. “La situación económica no me da para tener asegurada mi casa”, sentencia.

La opinión de Estela es sólo una en común con una larga lista de personas, pues aunque habitan en un estado en el que, según sus propias autoridades, el 70% del territorio es susceptible a inundaciones, los seguros contra este tipo de desastres naturales no son una prioridad para los tabasqueños.

A pesar de los riesgos hidrometeorológicos que enfrenta la región, apenas el 9% de la población contrata este tipo de pólizas, según Verónica Marcela Priego Hernández, asesora de seguros. Las principales razones: el desconocimiento sobre estos servicios y sobre todo, las limitaciones económicas que enfrentan los habitantes.

COBERTURA AMPLIA

Los seguros para vivienda, explica Priego, cubren tanto los daños estructurales como los contenidos del hogar, desde electrodomésticos hasta pertenencias personales. Además, ofrecen protección contra una amplia gama de percances, incluyendo inundaciones, rayos, incendios, robos, daños a terceros (responsabilidad civil), remoción de escombros e incluso, problemas de plomería.

“Es más amplio que sólo inundaciones”, destaca la asesora, quien lamenta la falta de una cultura de prevención en Tabasco. “Aquí no tenemos esa cultura, y la verdad que sí se necesita tener este tipo de seguros”.

El costo de las pólizas varía según factores como la ubicación del inmueble, los metros de construcción y las características de la vivienda, lo que hace que cada plan sea personalizado. Aunque Priego asegura que los servicios pueden ser accesibles para cualquier persona, no se atreve a precisar un precio promedio, pero subraya que “puede resultar muy barato” considerando la cobertura que ofrecen.

Sin embargo, la desinformación sobre estos productos sigue siendo una barrera importante. “Es de importancia difundir esta información, porque en un estado con tantas inundaciones, estos seguros son necesarios”, insiste.

ENTRE LA RESIGNACIÓN Y LA ADAPTACIÓN

Un sondeo realizado por Sintexto entre habitantes de zonas inundables en Tabasco revela que, aunque muchos han escuchado sobre los seguros contra inundaciones, pocos los consideran una opción viable. La situación económica es el principal obstáculo, pero el desconocimiento también juega un papel crucial.

Sonia Rubí, cuya familia vive en una zona propensa a anegaciones, reconoce que ha oído hablar de estos seguros, pero no los han contratado porque, hasta ahora, las inundaciones no han causado daños significativos a sus pertenencias.

“Si la afectación fuera muy grande, podrían considerarlo”, dice, mientras explica que han optado por medidas como colocar sus objetos en plataformas altas para protegerlos.

Amisael Ruiz Ovando, quien vive en un área donde el agua puede alcanzar hasta un metro de altura, comparte una experiencia similar. Aunque conoce los seguros, el costo le resulta prohibitivo.

“A veces no hay los recursos para poder hacer esos gastos”, explica. Con el tiempo, su familia ha adaptado su hogar, elevando el nivel del caedizo para salvar sus pertenencias.

José Ascencio, por su parte, admite que nunca había oído hablar de los seguros contra inundaciones, pero se muestra dispuesto a considerarlos. En su comunidad, los vecinos se organizan cada año para alertarse y ayudarse mutuamente a mover sus pertenencias a lugares seguros cuando el agua amenaza.

Abigail Tovar, quien vive en una casa de dos pisos en una zona inundable agravada por la acumulación de basura, ha perdido electrodomésticos y muebles por anegaciones que alcanzan la altura de la rodilla. Aunque no conocía los seguros, expresa interés en informarse. Por ahora, su estrategia consiste en subir sus pertenencias al segundo piso, resguardar documentos importantes y abastecerse de comida enlatada.

Finalmente, Yolanda Pérez Pérez, quien se enteró de los seguros tras la inundación de 2007, considera que la desinformación es la principal razón por la que no son una prioridad. “No es la primera opción”, dice, asumiendo las afectaciones como parte de su realidad y manteniéndose siempre preparada para enfrentarlas.

En un estado donde las inundaciones son una amenaza constante, la baja adopción de seguros refleja un problema estructural: la falta de recursos económicos y de educación sobre la importancia de la prevención.

Mientras los tabasqueños continúan adaptándose con medidas como elevar muebles o construir barreras, los seguros contra inundaciones siguen siendo una herramienta subutilizada. Para Verónica Priego, la solución pasa por difundir información y diseñar productos aún más accesibles, para que la protección contra desastres no sea un lujo, sino una realidad al alcance de todos.