Ciudad del Vaticano.- Trabajadores del Vaticano colocaron este viernes una chimenea en el tejado de la Capilla Sixtina, que se utilizará para quemar las papeletas del Cónclave que elegirá al sucesor del Papa Francisco. Las señales de humo papales iniciarán el próximo 7 de mayo.
La reunión secreta comienza el 7 de mayo, cuando los cardenales aislados utilizan la chimenea para comunicar al mundo exterior si han elegido a un nuevo líder de la Iglesia católica, que cuenta con mil 400 millones de fieles.
El humo negro significará que no hay decisión y el blanco anunciará que se ha elegido al 267º Papa.
Los trabajadores fijaron un tubo de color óxido sobre las tejas de terracota de la cubierta de la Capilla Sixtina, del siglo XV, conocida por sus frescos de Miguel Ángel.
La chimenea es claramente visible desde la cercana Plaza de San Pedro, donde se espera que miles de personas se reúnan durante el cónclave para ver cómo avanza la votación secreta.
Los llamados "príncipes de la Iglesia" celebrarán cuatro votaciones diarias: dos por la mañana y dos por la tarde, salvo el primer día.
Y quemarán en una estufa las papeletas de la votación para anunciar al mundo el resultado: humo negro si no logran alcanzar la mayoría necesaria de dos tercios; blanco si "Habemus papam".
Decenas de miles de personas en la Plaza San Pedro y millones en el mundo a través de la televisión pondrán sus ojos en el cilindro marrón estrecho, a la espera del gran anuncio.
Hay una atmósfera "más espiritual", dijo Diana Ispego, mexicana residenciada en Estados Unidos al señalar la chimenea.
"Se siente tristeza e ilusión", señaló por su parte Glenn Atherton, un turista británico que ve su visita como una "oportunidad única en la vida".
Francisco, fallecido el 21 de abril, fue Papa desde 2013 y el primer Pontífice procedente del continente americano. Se espera que unos 133 cardenales, cerca del 80 por ciento de ellos nombrados por Francisco, voten a su sucesor.
Los dos últimos cónclaves, celebrados en 2005 y 2013, concluyeron al final del segundo día de votaciones.
La Capilla Sixtina cuenta con dos estufas conectadas a la misma chimenea de la que sale la única indicación de lo que ocurre en el interior.
En la más antigua se queman las papeletas de votación y las notas de los cardenales. La segunda, más moderna, sirve para anunciar el resultado de la votación.
Si no hay acuerdo para la elección del nuevo Papa, las papeletas se mezclan con cartuchos que contienen perclorato de potasio, antraceno -un componente del alquitrán de hulla- y azufre para que se produzca un humo negro.
Pero si hay un ganador, las papeletas quemadas se mezclan con clorato de potasio, lactosa y resina de cloroformo para generar el humo blanco.
La chimenea fue instalada este 2 de mayo por una brigada de bomberos de la Santa Sede, que subieron al hastial del tejado de la majestuosa capilla. Los trabajos pasaron desapercibidos para la mayoría de turistas presentes en San Pedro.
La instalación coincidió con la reanudación este viernes de las congregaciones generales, en las que unos 200 cardenales se reúnen para debatir las prioridades para el futuro de esta institución de 2 mil años.
Sólo 133 menores de 80 años pueden votar. Muchos vienen de la llamada periferia del mundo, zonas que por años fueron marginadas por la Iglesia católica.
"El mundo necesita una persona totalmente coherente", dijo a periodistas el cardenal salvadoreño Gregorio Rosa Chávez, de 82 años.
"Estas personas no son muy comunes en el mundo de hoy". Varios cardenales no se conocen y estas congregaciones sirven para escuchar ideas e intercambiar puntos de vista.
"Uno en estos días va decantando algunos nombres posibles", dijo el cardenal uruguayo Daniel Sturla, que vota por primera vez en este Cónclave.
El Vaticano ha dicho que la agenda de estos encuentros abarca temas que van desde los abusos sexuales a niños en la Iglesia a las finanzas de la Santa Sede: todos ellos grandes desafíos de Francisco, que ahora heredará el nuevo Papa.