El gobierno de Tabasco, encabezado por Javier May, destinará 15 millones de pesos de recursos públicos a la rehabilitación de una de las obras más polémicas e inservibles construidas en la entidad durante el sexenio de Andrés Manuel López Obrador: el centro de desarrollo comunitario de Balancán.
Según reportes, esta nueva inversión se suma al gasto original de más de 20 millones de pesos que la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu) de Román Meyer Falcón ejerció para un edificio que nunca pudo ser inaugurado debido a la "gran cantidad de fallas en su construcción".
El portal Latinus ha documentado que el proyecto, que en su momento fue presumido por Meyer Falcón con promesas de albergar comercios, talleres y una biblioteca, fue entregado por las constructoras Grupo Edificador Baesgo y Consorcio Constructor Industrial Transnacional del Golfo con graves defectos. De hecho, Grupo Edificador Baesgo ha sido inhabilitada por irregularidades en otros contratos federales.
La intervención estatal, que ya inició con el desmantelamiento de partes de la estructura original, busca "adecuar" un inmueble que fue parte de un paquete de siete proyectos de la Sedatu en Balancán, que sumaron una inversión total de 180 millones de pesos. Latinus ya había revelado en junio de 2023 que estas obras presentaban "malos acabados, diseños deficientes, materiales de poca calidad y constructoras que entregaron tarde los proyectos".
El gobernador Javier May visitó el sitio sin hacer mención del historial fallido de la obra ni del costo original, asumiendo la rehabilitación como una obra propia. Con esta nueva erogación de 15 millones de pesos, el costo total del centro comunitario de Balancán, incluyendo su fallida construcción y su actual "rescate", supera los 35 millones de pesos. Este gasto adicional en una obra previamente inservible plantea serias dudas sobre la eficacia y transparencia en el uso de los recursos públicos, especialmente en un estado donde otras obras de la Sedatu, como la remodelación del estadio de béisbol de Balancán, también resultaron en "terrenos inservibles" y fueron motivo de indignación ciudadana.








