Autoridades de México y Estados Unidos están en la fase de planificación de la que sería la tercera entrega masiva de narcotraficantes y objetivos prioritarios a la justicia estadounidense en apenas un año de la administración de Claudia Sheinbaum, según reportó The Wall Street Journal.

Esta nueva fase daría continuidad a una agresiva estrategia de extradiciones implementada durante 2025. Fuentes cercanas a las negociaciones de seguridad bilateral confirmaron al medio que se está integrando una nueva lista de criminales que purgan condenas o esperan sentencia en México para ser trasladados a aquel país.

Aunque la lista oficial se mantiene bajo reserva por razones de seguridad, se anticipa que incluirá a:

Operadores financieros de alto nivel

Jefes de plaza del Cártel de Sinaloa y del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG)

Integrantes remanentes de organizaciones como Los Zetas y el Cártel del Golfo

Recuento de extradiciones récord

De concretarse, esta sería la tercera operación de gran calado en menos de 10 meses del actual gobierno, tras los operativos históricos realizados en febrero y agosto de este año:

El 27 de febrero se realizó una entrega sin precedentes de 29 objetivos de alto perfil. Entre los extraditados destacaron: Rafael Caro Quintero, “El Narco de Narcos”; Los líderes de Los Zetas, Miguel Ángel Treviño Morales, “Z-40” y Omar Treviño Morales “Z-42”; Antonio Oseguera Cervantes, “Tony Montana”, hermano de “El Mencho”; y Operadores de la organización de los Beltrán Leyva.

El 12 de agosto se concretó el traslado de un segundo bloque de 26 detenidos, bajo compromisos diplomáticos de no aplicación de la pena de muerte. En esa entrega se incluyó a narcotraficantes de alto perfil como: Servando Gómez Martínez, “La Tuta”; Juan Carlos Félix Gastélum, “El Chavo Félix”; Abigael González Valencia, “El Cuini”; y Kevin Gil Acosta, “El 200″; entre otros.

Justificación de la Estrategia

Tras las entregas masivas, Omar García Harfuch, secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, ha justificado la medida argumentando que se busca despresurizar el sistema penitenciario y neutralizar la capacidad de mando de los capos encarcelados.

Harfuch ha señalado que estos criminales seguían dirigiendo actividades delictivas como secuestros, extorsiones y homicidios desde los penales federales, utilizando las visitas para transmitir órdenes a sus estructuras criminales en el exterior, lo que representaba un “riesgo inaceptable para la seguridad nacional”.

Adicionalmente, el secretario indicó que la urgencia de la operación se basó en el riesgo de que los objetivos prioritarios obtuvieran su libertad mediante recursos legales y corrupción, aludiendo a que “tenían acuerdos con jueces” para ser liberados o retrasar indefinidamente sus procesos.