La canasta básica, integrada por 84 bienes y servicios indispensables para el consumo de las familias, registró en noviembre su mayor incremento de los últimos dos años. De acuerdo con cifras del Inegi, los precios se dispararon 1.3% respecto a octubre, casi el doble de la inflación general, que fue de 0.7%. El instituto, encabezado por Graciela Márquez Colín, informó que 34.3% de la población —equivalente a 44.9 millones de mexicanos— tuvo ingresos insuficientes para adquirir la canasta alimentaria entre julio y septiembre pasados.
Entre los servicios incluidos destaca la electricidad, cuya tarifa se elevó 20.7% tras concluir el programa de temporada cálida en 11 ciudades, mientras que el transporte colectivo aumentó 4.9%. En alimentos, las vísceras de res subieron 2.4% y los moles y salsas 1.2%. También se encarecieron antibióticos (1.1%) y analgésicos (0.8%).
La inflación general, conocida como “el impuesto de los pobres”, fue de 0.66% y sorprendió a los 32 bancos y grupos de análisis privados consultados por Citi, que esperaban una tasa de 0.55%. El repunte se atribuyó a mayores precios agrícolas, tarifas de transporte y el ajuste estacional de electricidad, según Banamex.
A pesar de la temporada de descuentos de El Buen Fin, los precios de mercancías y algunas frutas y verduras se mantuvieron al alza. Banorte señaló que bloqueos carreteros de transportistas y productores afectaron la disponibilidad de bienes agropecuarios, mientras que las tarifas gubernamentales crecieron 2% por ajustes en el transporte público concesionado en la Ciudad de México.
La inflación subyacente, que mide bienes y servicios menos volátiles, avanzó 0.2%. Analistas de Banorte destacaron que los servicios subieron 0.4% por presiones en loncherías, fondas, torterías y taquerías, además de boletos de avión, que aumentaron 4%. Alfredo Coutiño, director para América Latina de Moody’s Analytics, advirtió que falta la realineación de precios de fin de año ante el alza de impuestos. Javier Saldaña, economista en jefe de Ve por Más, señaló que el bajo crecimiento económico ejercerá presión a la baja en los próximos meses, aunque los servicios mantendrán variaciones superiores a su promedio histórico debido al aumento de costos laborales no acompañado de mayor productividad.








