La reciente elección de juzgados del Poder Judicial de la Ciudad de México ha puesto en evidencia preocupantes deficiencias en los criterios y filtros utilizados para la selección de candidatos. Un caso particularmente llamativo es el del juez Noe Abarca Munguia, egresado de la "Universidad de Londres" en 2021 y actual juez civil de la CDMX, quien presuntamente utilizó la inteligencia artificial de ChatGPT para elaborar las propuestas de su candidatura.

Según la información disponible, las respuestas presentadas por el juez Abarca Munguia ante el @iecm y las propuestas registradas en la plataforma "Conóceles" fueron copiadas y pegadas directamente del texto generado por ChatGPT. Más allá del uso de una herramienta tecnológica, lo alarmante es que incluso su propia presentación de candidatura exhibe faltas ortográficas, a pesar de su supuesta formación en una institución de educación superior.

Este hecho subraya una crítica fundamental: ¿cómo es posible que un candidato a un puesto tan crucial como el de juez, encargado de impartir justicia con imparcialidad y apego a la ley, no presente propuestas originales y correctamente redactadas? La dependencia de una herramienta de inteligencia artificial para subsanar la elaboración de su plataforma, y la presencia de errores básicos en su documentación, revelan una preocupante falta de rigor y preparación por parte del aspirante.

El incidente con el juez Abarca Munguia no es un caso aislado, sino un síntoma de un problema estructural en el proceso de selección. La aparente ausencia de filtros efectivos y criterios estrictos en la evaluación de los candidatos abre la puerta a que personas con una preparación superficial o con una falta de compromiso con la labor jurisdiccional accedan a puestos de alta responsabilidad.

La visión del juez Abarca Munguia sobre la función jurisdiccional y la impartición de justicia, que incluye frases como "eliminar el burocratismo y la prepotencia en los juzgados" o "erradicar la corrupción de jueces vendidos a firmas jurídicas y grandes empresas", aunque válidas en su contenido, pierden credibilidad al saber que fueron generadas por una IA. Esto sugiere que las propuestas no reflejan una reflexión profunda y personal, sino la reproducción de ideas preexistentes.

Es imperativo que las autoridades electorales y judiciales revisen y fortalezcan los mecanismos de selección de candidatos. Se necesitan criterios más rigurosos que evalúen no solo la formación académica, sino también la capacidad de análisis crítico, la ética profesional, la experiencia relevante y, sobre todo, la honestidad intelectual de los aspirantes. La transparencia en el proceso y la verificación de la originalidad de las propuestas deben ser pilares fundamentales para garantizar que solo los individuos más aptos y comprometidos accedan a la judicatura.

La justicia es un pilar fundamental de la sociedad y su correcta impartición depende en gran medida de la integridad y la competencia de quienes la administran. Casos como el del juez "ChatGPT" atentan contra la confianza ciudadana en las instituciones y evidencian la urgente necesidad de una reforma profunda en los procesos de selección de jueces, donde la calidad y la autenticidad de los candidatos prevalezcan sobre cualquier atajo tecnológico o deficiencia en los filtros de evaluación.