Ciudad de México. – La celebración por los “7 años de la transformación” en el Zócalo capitalino, encabezada por la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, no solo fue un evento masivo, sino el escenario de una notoria reconciliación política que puso fin a meses de especulaciones sobre distanciamientos. El llamado “castigo” para figuras clave de Morena, que en el pasado fueron relegadas tras vallas, fue simbólicamente levantado ante más de 600 mil asistentes.
Los protagonistas de este acercamiento fueron los coordinadores parlamentarios Ricardo Monreal y Adán Augusto López, junto con la dirigente nacional del partido, Luisa María Alcalde, y el secretario de organización, Andrés Manuel "Andy" López Beltrań.
El gesto más significativo llegó al final del discurso presidencial. Sheinbaum Pardo descendió del templete para saludar de mano y fundirse en un abrazo con los morenistas. Este acto contrastó notablemente con el cierre del primer año de gobierno, donde Monreal ironizó haber sido “encorralado” con vallas.
El propio Ricardo Monreal, coordinador en San Lázaro, confirmó el cambio de ambiente. “¿Ya los perdonó la presidenta? Ya no estuvieron en el corralito ahora, ¿verdad?”, se le preguntó al finalizar el evento.
“Ya no, ya la Presidenta es muy generosa siempre. Hoy estuvimos en una actitud muy amplia, sin estar cercados”, respondió Monreal, sonriente.
Al ser consultado sobre si se había levantado el castigo, el legislador fue categórico, aunque prefirió atribuir el cambio a una decisión logística: “Nunca nos ha castigado, y yo siento que fue la logística ahora ella se fijó muy bien y dijo ´no quiero que pongan ese corralito a los legisladores, así es de que déjenlos libres´. Y así fue, libres”, sentenció.
Monreal enfatizó que este acercamiento es vital, subrayando que no se debe dejar sola a la titular del Ejecutivo federal porque “es nuestro estandarte de honestidad, de rectitud, de capacidad y de valentía frente a cualquier injerencia del exterior”.
El abrazo y el fin de las vallas en el Zócalo sellaron una imagen de unidad y cercanía, enviando un claro mensaje de cohesión interna en el movimiento de la Cuarta Transformación.








