TABASCO. Marconi de Jesús Díaz Izquierdo, un talentoso artista plástico y muralista originario de Jalpa de Méndez, desafía las barreras del silencio para expresar su visión del mundo a través del color y la forma. Con sordera profunda bilateral, Marconi se comunica principalmente a través del lenguaje de señas, siendo su padre, José Díaz, su voz e intérprete ante el mundo.
"Mi papá hablará sobre mi trabajo", expresa Marconi con sus manos, mientras su padre orgulloso traduce sus palabras.
Desde temprana edad, Marconi encontró en el arte un canal de expresión único.
"Él está entendiendo lo que está viendo", explica su progenitor, recordando cómo desde el kínder las imágenes se convertían en ideas plasmadas en papel. Las actividades de psicomotricidad en la escuela primaria sentaron las bases para su destreza manual, y pronto los personajes de la televisión cobraron vida bajo sus lápices.
Fue en la secundaria donde un maestro de artes visuales reconoció y cultivó su talento, impulsándolo a participar en concursos. Bajo su guía, Marconi desarrolló sus habilidades de manera constante, perfeccionando su técnica hasta ingresar al Centro de Desarrollo de las Artes (CEDA) de la UJAT, donde cursó seis semestres de pintura.
Incluso sus conocimientos en dibujo técnico durante la preparatoria resultaron fundamentales para la planificación de sus imponentes murales. "Me imagino que también eso le sirvió muchísimo para hacer todas las proyecciones que hace ahorita cuando va a pintar un mural, los edificios", comenta José Díaz.
Con el apoyo incondicional de su familia, que inicialmente fabricaba sus propios bastidores y ahora invierte en materiales de alta calidad, la obra de Marconi ha trascendido fronteras. Su dominio de diversas técnicas, que incluyen grafito, pasteles, acrílico, sanguina, gis pastel, cerámica y retoque cerámico, le permite plasmar su creatividad en múltiples soportes.
Su talento ha dejado una huella imborrable en su tierra natal, con una pintura que adorna el Palacio Municipal de Jalpa de Méndez y más de diez murales que embellecen Teapa, Villahermosa y diversas localidades de su municipio. Cuando se sumerge en un proyecto, Marconi demuestra una dedicación admirable.
"Nada más baja come y sigue, o bebe y va al baño y sigue, no que va a descansar, no... cuando se hace un compromiso es hasta que lo termine", afirma su padre, destacando su compromiso inquebrantable con el arte.
La inspiración de Marconi reside en sus maestros, a quienes considera sus artistas favoritos por haberle brindado las herramientas para su desarrollo. Uno de sus anhelos es explorar el mundo del modelado, aunque la falta de un instructor especializado en la región ha postergado este sueño.
A pesar de su destacada trayectoria, Marconi enfrenta desafíos en la transmisión de su conocimiento. Invitado a impartir clases en otros municipios, su padre explica que la barrera comunicacional lo "bloquea". Sin embargo, la colaboración única entre padre e hijo supera obstáculos. En proyectos que requieren documentación, es José Díaz quien se informa y selecciona los elementos clave para que Marconi pueda iniciar sus trazos.
Hoy en día, el arte de Marconi de Jesús no solo es una forma de expresión, sino también una fuente de ingresos, ya que la mayoría de sus cuadros encuentran admiradores dispuestos a adquirirlos. Su historia es un testimonio de cómo la pasión y el apoyo familiar pueden derribar barreras y permitir que el talento silencioso resuene con fuerza en la comunidad artística y más allá.