CHIAPAS. Un número creciente de comerciantes indígenas, principalmente mujeres de la comunidad de Abasolo, ha comenzado a establecerse en esta San Cristóbal para vender sus productos tradicionales, ante el acoso y decomisos constantes que enfrentan en la cabecera municipal de Ocosingo.
Los operativos encabezados por la Policía Municipal, Tránsito, Servicios Públicos, y personal de Limpia y Obras Públicas en Ocosingo han resultado en el retiro forzoso de sus mercancías, sin posibilidad de recuperación, lo que ha golpeado severamente su sustento familiar, según testimonios expresados en su lengua originaria.
“Ya no podemos trabajar en Ocosingo. Nos quitan todo y no lo devuelven. Por eso preferimos venir hasta San Cristóbal, aunque sea más lejos y gastemos más”, relató doña Petrona, vendedora de tamales y originaria de Abasolo.
A pesar de que en San Cristóbal deben cubrir el costo de permisos para vender en los mercados, las y los comerciantes consideran que esta inversión es preferible al clima de intimidación que enfrentan en su municipio de origen. Desde muy temprano, ofrecen alimentos elaborados artesanalmente, como tortillas, tostadas, tamales, frutas y verduras.
Las jornadas comienzan antes del amanecer: muchas mujeres se levantan a las 4:00 de la mañana para preparar sus productos y emprender el viaje de más de 60 kilómetros hacia San Cristóbal. Trabajan hasta las 5:00 de la tarde, sin importar la lluvia o el frío, con tal de llevar algo de ingreso a sus hogares.
Ante esta situación, las y los comerciantes hicieron un llamado al Gobierno del Estado y al Ayuntamiento de Ocosingo para que se les garanticen espacios dignos de venta en su propia comunidad. Piden el fin de los operativos represivos y que se respete su derecho al trabajo, evitando así los riesgos y el alto costo que implica su desplazamiento diario a otro municipio.