El piloto de un vuelo de Magnicharters con destino a Cancún fue detenido en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) luego de detener la operación de la aeronave y dirigirse a los pasajeros para explicar su postura. La acción, que él mismo calificó como una "protesta", ocurrió instantes después de ser notificado de su despido mientras los pasajeros ya estaban a bordo.
Según los informes iniciales, el piloto se encerró en la cabina y posteriormente salió con un micrófono para hablar con los pasajeros. En su intervención, el trabajador denunció presuntas irregularidades laborales, incluyendo el adeudo de varios meses de salario, viáticos y prestaciones como el aguinaldo, afectando a decenas de empleados de la aerolínea.
El piloto justificó la detención del vuelo señalando que no era un intento de causar daño, sino una protesta por la situación laboral y también por supuestas fallas operativas, mencionando un daño en la puerta del avión que requería ser revisado. Además, insinuó que su despido se debía a una maniobra de seguridad que realizó previamente, la cual, afirmó, fue malinterpretada por la empresa.
"Les pido de corazón que me entiendan, que me comprendan. Soy un padre de familia de tres hermosos hijos (...) Me duele tenerlos aquí parados", expresó el piloto, ofreciendo disculpas a los pasajeros por la suspensión y calificando su acto como una "denuncia pública".
Tras los hechos, el piloto fue detenido por las autoridades y el vuelo AICM-Cancún fue oficialmente suspendido, mientras se investiga la conducta del trabajador.








