Ciudad de México. Entre 2016 y 2024, México experimentó una disminución en el número de personas en pobreza extrema, pasando de 8.7 millones a 7 millones. Sin embargo, esta reducción no se atribuye principalmente a los programas sociales, sino al aumento de los ingresos propios de los individuos, según señaló Claudia Maldonado, coordinadora general de Medición de Pobreza y Evaluación Integral de la Política de Desarrollo Social del Inegi.
Durante una reunión con la Comisión de Bienestar de la Cámara de Diputados, Maldonado enfatizó que los programas sociales "no están logrando llegar a la población en situación de pobreza extrema". Datos presentados por la funcionaria revelan que seis de cada diez personas en esta condición provienen de hogares que no reciben ningún tipo de apoyo social.
"Lo que ha sucedido con la reducción de pobreza extrema tiene mucho que ver con el ingreso de las personas y menos que ver con los programas sociales, a pesar de que hay una contribución indudable de los programas sociales", explicó Maldonado. A pesar de la recuperación del ingreso y "esfuerzos importantes en programas sociales", la pobreza extrema persiste con una "enorme resistencia" en el país.
Chiapas, Guerrero y Oaxaca se mantienen como las entidades federativas con los porcentajes más altos de población en pobreza extrema, donde tres de cada diez habitantes se encuentran en esta situación.
Maldonado subrayó la importancia de garantizar el acceso a los programas sociales para la población en pobreza extrema, especialmente en hogares con menores ingresos. Asimismo, destacó la necesidad de mejorar el ingreso por trabajo subordinado de las personas ubicadas en los primeros deciles de ingreso.
"Vemos que los menos pobres entre quienes se encuentran en situación de pobreza, reciben más programas sociales", lo que indica una dificultad significativa para que los programas lleguen efectivamente a las personas más vulnerables dentro de la pobreza extrema, es decir, a aquellos con menores ingresos. El ideal de política pública, según Maldonado, sería que existieran más programas dirigidos a los más pobres entre quienes se encuentran en situación de pobreza extrema, y menos programas, aun siendo universales, a medida que el ingreso de las personas aumenta.