Tabasco, el segundo estado del país con mayor número de casos del Gusano Barrenador del Ganado (GBG) y su Gobierno estatal supo con antelación sobre la crisis que se avecinaba con esta plaga, que comenzaba a extenderse desde Centroamérica hacia México, pero hizo caso omiso a las advertencias.
"Con un mes de anticipación le dije al señor gobernador Javier May Rodríguez que había un problema de gusano barrenador en Guatemala y ahora ya es un problema nacional", aseveró Armin Marín Saury, alcalde de Emiliano Zapata, un municipio enclavado en Los Ríos, la región del estado más afectada por infestaciones causadas por las larvas de la mosca Cochliomyia hominivorax, la cual se alimenta del tejido vivo de los mamíferos.
El presidente municipal afirmó que él mismo alertó al jefe del Ejecutivo y a la Secretaría de Desarrollo Agropecuario y Pesca (Sedap) sobre el riesgo que corrían ganaderos tabasqueños por la llegada del GBG a territorio tabasqueño.
"Yo viví la época de la mosca y fertilizaban a las otras para que no se reprodujeran, es un tema que preocupa no solo a los tabasqueños, sino a todos los mexicanos", señaló.
Hoy día, Tabasco tiene registrados 390 casos de miasis y está posicionado como la segunda entidad con más afectaciones en el país, de acuerdo con las cifras oficiales en manos de la Sedap.
Armin Marín indicó que en Emiliano Zapata se han reportado oficialmente 60 casos, pero aseguró que existe un subregistro de más de 200 en territorio zapatense.
El edil reiteró que se tiene que hacer una inversión en moscas estériles, equiparable con el programa que se realizó desde hace 35 años y que en ese entonces fue todo un éxito.
"Con la curación, limpieza, la colocación de aretes y los reportes no hacemos nada", sentenció al lamentar que el Gobierno estatal está errado en la ruta que ha trazado para contener el avance del gusano barrenador.
Sin precisar las cifras en que podrían calcularse las pérdidas, dijo que éstas ya comienzan a sentirse en las zonas ganaderas que han dejado de exportar reses hacia Estados Unidos, que es el principal mercado que tenían los productores pecuarios y que está paralizado desde el 11 de mayo, fecha en que el Gobierno de Donald Trump cerró la frontera con México a causa de esta crisis fitosanitaria.