TABASCO. Con un sector salud sin medicamentos y una mala calidad de los servicios, Tabasco recibirá este sábado a la presidenta de la República, Claudia Sheinbaum Pardo, quien, según se prevé, inaugurará la ampliación del Área de Hemodiálisis del Hospital Regional de Alta Especialidad “Dr. Juan Graham Casasús”.
La visita presidencial se llevará a cabo en medio de denuncias de familiares y enfermos que día a día enfrentan un verdadero viacrucis para recibir atención o surtir sus recetas. "Va a venir a darnos otro discurso demagógico", advirtió el Comité de Derechos Humanos de Tabasco (Codehutab).
De acuerdo con la agenda de la mandataria nacional, sólo estará en el hospital "Juan Graham" en un evento que se llevará a cabo a las 11:15 horas.
Ante esto, el Codehutab criticó que sólo venga a eso. "La dignidad humana parece no existir para los pacientes de hemodiálisis. Familiares y enfermos denuncian un verdadero viacrucis para recibir atención: el personal médico, de enfermería y hasta los guardias de seguridad actúan con soberbia y prepotencia, mientras los pacientes se hacinan en pasillos sin la más mínima comodidad o respeto", criticó el organismo no gubernamental.
El coordinador jurídico del Codehutab, Efraín Rodríguez León, condenó que “el sector está inmerso en una terrible crisis, pero entrevistan a los funcionarios de Gobierno y ellos ven todo bien e incluso mienten al asegurar que se tienen cubiertos el 80-90% de los medicamentos en los hospitales”.
“Pero si entrevistan a los usuarios, ahí hay otra realidad totalmente distinta. Lo que cuenta es el testimonio del pueblo, del que necesita las medicinas, ellos son quienes dicen que no los hay. Desafortunadamente, la visita de la Presidenta sólo es para venir a dar otro discurso demagógico, a decirnos que todo está bien, cuando la realidad dice otra cosa”, criticó.
Ante la ausencia de un área específica para hemodiálisis, enfermos renales tienen que improvisar con colchonetas, cartones o sábanas en los pasillos del hospital, donde permanecen hasta 72 horas esperando atención.
El clamor de los familiares es claro: exigen un trato humano, ágil y digno. Denuncian que el personal hospitalario no sólo no ayuda, sino que abusa de su poder, regañando y humillando a pacientes en situación vulnerable.