En medio de un discurso oficial de austeridad, diversas figuras políticas de la actual administración en México han generado controversia por sus viajes y estancias de lujo, saliendo a la luz pública a través de las redes sociales y medios de comunicación. Este miércoles 30 de julio, una nueva polémica se sumó a la ya existente discusión sobre el hijo del ex presidente Andrés Manuel López Obrador, cuando una ministra fue captada disfrutando de unas vacaciones en un exótico destino.
Se trata de Loretta Ortiz Ahlf, ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. La imagen que la muestra en lo que parece ser un paseo por el desierto, montando un camello, fue difundida en la mañana de este miércoles por el periodista Irving Pineda en su cuenta personal de X (anteriormente Twitter). Aunque no se ha confirmado el lugar exacto, diversas especulaciones apuntan a que la ministra se encontraría de vacaciones en Medio Oriente. La fotografía ha provocado una oleada de comentarios y críticas, cuestionando la congruencia entre el estilo de vida de los funcionarios y la política de austeridad promovida por la Cuarta Transformación.
Este incidente se suma al reciente escándalo protagonizado por Andrés Manuel López Beltrán, conocido como “Andy”, hijo del ex presidente Andrés Manuel López Obrador. Recientemente, López Beltrán fue visto en una tienda de lujo de la marca Prada en la capital de Japón, Tokio, y alojándose en el exclusivo hotel Okura. Estas revelaciones, acompañadas de fotografías y testimonios, avivaron el debate sobre el patrimonio y los gastos de los allegados al poder.
Ante las críticas, la presidenta nacional de Morena, Luisa Alcalde, salió en defensa de José Ramón López Beltrán en una conferencia celebrada en Querétaro. Alcalde argumentó que los gastos del hijo del presidente se han cubierto "con sus recursos propios, que no es ni un delito ni un acto de corrupción". Esta justificación, sin embargo, no ha logrado apaciguar el descontento de la opinión pública, que sigue cuestionando la transparencia y la ética en el manejo de los recursos y el comportamiento de los funcionarios y sus familiares.
La recurrencia de estos casos ha intensificado el escrutinio público sobre el ideal de austeridad republicana que la actual administración ha enarbolado como uno de sus pilares. La ciudadanía y los medios de comunicación permanecen atentos a cada nueva revelación, buscando señales de coherencia o, en su defecto, de posibles inconsistencias entre el discurso oficial y las acciones de quienes ostentan el poder.