CHIAPAS. Obispos y agentes de la Pastoral de Migrantes de las diócesis de Guatemala y México, reunidos en Chiapas, alertaron que la criminalización de la movilidad humana está empeorando las condiciones para miles de personas en tránsito migratorio, pidieron poner a los discursos xenófobos.
En la reunión analizaron y compartieron información sobre el contexto regional de la migración, los obispos católicos señalaron que hay un enorme riesgo para las personas que son deportadas, que buscan refugio, de que terminen siendo víctimas de las redes de trata.
“Constatamos que hay un corredor en el que los riesgos y las tragedias acechan a quienes ya vienen huyendo de la marginación y de la violencia”, destacaron en un informe elaborado en conjunto por Álvaro Ramazzini Imeri, Obispo de Huehuetenango, Guatemala; Eugenio Lira Rugarcía, Obispo de Reynosa y Matamoros, Tamaulipas; José Francisco González González, Arzobispo de Tuxtla Gutiérrez, entre otros.
Reconocieron la situación que están enfrentando las personas en tránsito migratorio, que al buscar mejorar sus condiciones de vida “encuentran desolación, angustia, acoso, negación, rechazo, racismo, extorsión, explotación, deportación, secuestro, desaparición y muerte”.
En este contexto, recordaron el fatídico 9 de diciembre de 2021, cuando 57 personas, la mayoría guatemaltecos, murieron en la entrada de la colonia El Refugio, sobre la carretera Chiapa de Corzo-Tuxtla Gutiérrez, al volcarse el tráiler donde clandestinamente eran transportadas más de 160 personas.
Accidente sobre el que dijeron que “no es un hecho aislado”, y sólo muestra que para los traficantes “la vida dejó de tener valor”.
Y hoy sus condiciones son peores, con discursos de odio que se traducen en redadas inhumanas y lo atroz de las deportaciones, que agudizan las crisis de pueblos manipulados, despojados, cada vez más empobrecidos y violentados por el control territorial y de fronteras que mantiene el crimen organizado.
A esto, los obispos añadieron que “nos indigna la noticia de la aprobación en el Senado de los Estados Unidos de un impuesto abusivo del 3.5 por ciento a las remesas, que son fruto del trabajo arduo, pese al pago ya importante de tributos del cual no se benefician”.
Además de que esto afecta a las familias, considerando que las remesas siguen siendo una de las fuerzas económicas que sustentan la vida de los pueblos actualmente”.