TABASCO.- Desde la esquina con Avenida 16 de Septiembre hasta la Fuente Maya en Usumacinta, los registros destapados, baches profundos y encharcamientos provocado por drenajes que no dan abasto, hacen que la población de la zona baja de la colonia Primero de Mayo tenga una convivencia de años con malos olores, anegaciones y el temor de perder las pertenencias.
DRENAJE
Los 400 metros de este tramo representan casi la cuarta parte de toda la avenida, donde la zona baja perjudica a los drenajes que lluvia con lluvia son rebasados provocando que muchas veces el agua llegue hasta las viviendas o comercios como la Pozolería donde trabaja Daniela López, quien señala que “en lugares donde no está muy alto se les mete esa agua del registro”.
Eso es lo que ha tenido que atestiguar desde hace 15 años doña Margarita en su lavandería con más de tres electrodomésticos a ras de suelo. “Hay un registro en la esquina que es el que se traga el agua que viene, pero cuando no da abasto se nos mete hasta adentro, porque se llena de tierra (...) pero de tanta tierra se tapa y no logra tragarse toda el agua cuando llueve bastantísimo”.
BACHES
Al caminar por la banqueta de esta avenida, las personas que transitan entre charcos de agua negra y registros con sellos en mal estado, no son los únicos que tienen que fijarse en todos sus movimientos, sino también los automovilistas.
Esta calle tiene en su pavimento innumerable cantidad de baches, que si bien no han provocado accidentes entre ellos, sí es notoria la falta de mantenimiento continuo. Los habitantes de esta zona argumentan que el mantenimiento sólo funcionaría si se atienden primero los drenes. “El agua relava todos los baches que han compuesto y se vuelven a crear baches hasta más grandes”, apunta Daniela.
Doña Margarita indica que no ha habido real interés por parte de las autoridades por atender esta situación. Incluso hubo la ocasión en que les quitaron cualquier aliento en solicitar la reparación.
En alguna ocasión, personal del ayuntamiento se encontraba reparando algunos baches, pero no los que están frente a su lavandería. Así que le preguntaron si podían repararlos y su respuesta los desalentó.
“Les preguntamos (...) que si nos podía sellar algunos pedazos, y dijo que nos cobraba 600 pesos por un pedacito y no era ni un metro cuadrado y ya lo dejamos así mejor”.
MAL OLOR
Aunado a lo anterior, los diversos negocios de comida sobre la avenida, al tener que lavar sus puestos ambulantes y no contar con una cañería cercana, dejan el agua estancada, que afecta al olfato de los que a diario hacen su vida.
En eso coinciden Daniela y doña Margarita. “Todo lo olemos, todo lo respiramos y al final se convierte en polvo y eso mismo lo olemos”, dice la primera. “Todo horrible, aquí se nos encharca mucho el agua (...) siempre se nos hace esa mugre de lodo que se mete para acá, porque todo el lodo que viene de arriba se nos queda aquí”, opina la segunda.
ENCHARCAMIENTOS
Todo esto se agrava cuando en la capital tabasqueña transita la temporada de lluvias. Además del mal funcionamiento de los drenes y el olor de las aguas sucias, don Huberto López Vázquez, quien atiende desde hace más de dos décadas un puesto de tacos a las afueras del Oxxo, menciona tres inundaciones sucedidas en la zona y que representan una alarmante y triste situación.
En alguna ocasión, en la que las lluvias inundaron hasta un metro de altura la vivienda de don Humberto y su esposa, el matrimonio decidió acercarse a los censadores quienes se encargaron de contabilizar a los afectados. Pero a los de esta zona no les dieron enseres. “Para que nos pagaran lo que se perdió necesitaban que fuera agua de río”, fue la justificación para no darles el apoyo en las pérdidas derivadas de la inundación.
Por esta razón, el temor de no contar con un buen drenaje es latente. Situación que mantiene al filo del temor a doña Margarita, dado que en su lavandería cuenta con con múltiples equipos electrodomésticos, que anegación con anegación, corren el riesgo de dañarse.
“Tenemos que andar cuidando, por eso cuando me voy a mi casa, me da miedo que se me vayan a echar a perder mis aparatos (...) porque cuando pasan los carros me tiran el agua para adentro”.
Por último, con esperanzas, los ciudadanos hacen el llamado al Ayuntamiento de Centro para el oportuno mantenimiento de drenajes y baches y prevenir afectaciones.