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    Publicado el 23 de junio de 2025

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    Conduciendo “lanchita”, Elis desafía estereotipos

    Su historia es testimonio de que el talento y la determinación no tienen género, y un recordatorio de que con empeño y oportunidades, las mujeres pueden conquistar cualquier espacio

    TABASCO. En los embarcaderos del río Grijalva, donde las lanchitas surcan las aguas a un costado del puente Grijalva I, una mujer desafía las expectativas y los prejuicios. Su nombre es Elis Morales Sosa, madre soltera de dos hijos, quien no sólo es la única operadora femenina de estas embarcaciones, sino también un símbolo de resiliencia y determinación.


    Con destreza, maneja el motor de la lancha y cuida que los pasajeros suban y bajen con seguridad, rompiendo estereotipos en un oficio tradicionalmente reservado para hombres, ya que en 2025 la presencia de mujeres en trabajos considerados “de hombres”, es más aceptada.


    Elis señala que algunas empresas aún mantienen la idea de que ciertas labores son exclusivas para varones. “Eso es un pensamiento erróneo, es negarle a las mujeres el derecho a no depender económicamente de un hombre”, sentencia. Para ella, la clave está en el empeño y en que se les brinde la oportunidad: “Sí se puede, solo es meterle ganas y que nos den espacio como mujeres”.


    Elis estudió hasta la preparatoria, pero es una mujer movida por una curiosidad insaciable. “Si veo otra cosa, lo hago; si yo me propongo, sé que lo hago”, asegura con firmeza. Antes de llegar al río, su experiencia laboral incluyó roles como banderita y guardia de seguridad en compañías de la refinería de Dos Bocas, en Paraíso, Tabasco.


    Ahora, en las Lanchitas del puente Grijalva, alterna con sus compañeros el manejo del motor y la asistencia a los pasajeros, demostrando que no hay límites para lo que una mujer puede lograr.


    Sin embargo, su incursión en estos espacios no ha estado exenta de obstáculos. Salir de su comunidad en la ranchería Escoba de Chilapa, en Centla, significó dejar atrás la comodidad de su hogar y enfrentarse a un entorno laboral donde el machismo aún persiste.


    “Nos dicen que no podemos hacerlo solo por ser mujeres”, relata Elis, pero su respuesta es clara: “Mi motor siempre son mis hijos, y nunca me he puesto a ver lo que los demás digan. Es lo que yo siento y lo que a mí me gusta”. Su pasión por aprender y su compromiso como madre, la impulsan a desafiar cualquier crítica.


    El vínculo de Elis con las lanchas comenzó en su infancia. Creció en un lugar donde el río era la única conexión con la carretera, y desde cuarto de primaria aprendió a navegar junto a su padre, quien tenía una lancha y un cayuco.


    “En mi comunidad, es común ver a mujeres operando lanchas. Nos adaptamos a vivir así”, explica. Esta familiaridad con el agua le dio la confianza para asumir su rol actual, aunque no sin enfrentar resistencias externas.


    Comparte que recientemente, una entrevista en otro medio generó críticas en redes sociales, donde algunos usuarios menospreciaron su labor, argumentando que ser operadora de lanchas “no es la gran cosa”. Elis responde con orgullo y serenidad: “No soy la primera mujer, pero no es cualquiera a quien le da esta motivación de venir y hacerlo. Yo me siento contenta de estar aquí y es algo que a mí me gusta”. Su actitud refleja una filosofía de vida que no se detiene ante los juicios ajenos.


    El trabajo de lanchera, aunque no lo considera complicado, requiere habilidad y equilibrio, especialmente con motores de volante sensible. “Nada es imposible en esta vida, todo se puede realizar, pidiéndole a Dios que todo salga bien”, dice con una sonrisa, añadiendo un refrán que resume su espíritu: “Siempre tengamos la frente en alto y que sí se puede hacer todo en esta vida, menos la muerte, dirían por ahí”.


    Elis Morales Sosa no solo navega el Río Grijalva, sino también los retos de una sociedad que aún lucha por la igualdad de género.


    Su historia es un testimonio de que el talento y la determinación no tienen género, y un recordatorio de que, con empeño y oportunidades, las mujeres pueden conquistar cualquier espacio. Mientras las lanchitas siguen cruzando el río, Elis permanece al timón, demostrando que, como ella misma afirma, “como mujeres, sí podemos hacer eso y más”.

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    #Tabasco#Noticias#2025
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