TABASCO. A más de 60 días de que entrara en vigor la prohibición de venta de comida chatarra en todos los niveles de las escuelas públicas y privadas a nivel nacional, Sintexto tuvo acceso a testimonios que revelan que la medida no se acata puntualmente en diversos planteles educativos de Tabasco, lo que evidencia la falta de rigor al aplicar la nueva norma.
Precisamente este martes, el titular del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE), Martí Batres alertó a la población dado que los casos de diabetes se han triplicado en México, desde los años 90, debido a los malos hábitos alimenticios. El funcionario fue contundente al señalar que “si esa tendencia sigue, no habrá sistema de salud que pueda contrarrestar los efectos en las personas”.
Ya casi está por concluir el ciclo escolar y en la colonia Tamulté de las Barrancas, las primarias "Manuel Díaz Prieto" y "Manuel de Jesús García Osorio", han sido señaladas por la venta encubierta de productos no saludables. Ambas instituciones, que comparten instalaciones y turnos, operan con cooperativas independientes, pero bajo la misma supervisión escolar.
Cristina denunció que la cooperativa de la escuela "azul" (Manuel de Jesús García Osorio), dirigida por la profesora Cecilia, permite la venta secreta de dulces y comida chatarra. "Les dicen que no digan nada, que mientan y digan que lo trajeron de afuera", relata Cristina, quien acusa a la supervisora de zona de complicidad por su inacción.
Jorge, un estudiante de sexto grado de la escuela "roja" (Manuel Díaz Prieto), confirma la venta "por debajo de la mesa" de dulces y frituras a precios elevados en la cooperativa de la escuela azul. Si bien reconoce que la cooperativa de su propia escuela también vendía dulces, asegura que, tras la entrada en vigor de la ley y advertencias de los maestros, dejaron de ofrecerlos una vez agotado el inventario.
El contraste entre ambos planteles se hizo evidente durante el Día del Niño el pasado 30 de abril. Mientras la escuela "roja" ofreció frutas picadas, la escuela "azul" permitió el consumo de pastel y dulces en piñatas, ignorando la normativa.
Cristina afirma haber presentado un reporte formal en abril, pero hasta la fecha no ha habido una supervisión efectiva. Maestros y la directora de la escuela "azul" estarían al tanto de la situación, e incluso, algunos docentes consumirían estos productos, según las denuncias.
COMIDA CHATARRA EN TÉCNICA #1
La situación no es diferente en la Escuela Secundaria Técnica No. 1 de Villahermosa. Pedro Guerrero, estudiante de la institución, asegura que lo único saludable que se ofrece son frutas preparadas, mientras que la comida chatarra abunda en variedad, desde pizzas y antojitos como mole y preparados con harina, hasta bolis.
Cuenta que la prohibición se cumplió sólo por un breve periodo después de las vacaciones de Semana Santa, pero "en los primeros [días] empezaron a vender bolis, ya después empezaron a vender la comida chatarra y nos sorprendió mucho, porque ya nos decían que ya estaba mal". Dice que hasta el momento no ha habido promoción de alimentación saludable por parte de autoridades del plantel.
Abigail, madre de otro estudiante de la Técnica No. 1 comparte la preocupación. Señala que los propios maestros no son un ejemplo para los alumnos, pues los observan consumiendo refrescos que no adquieren dentro del plantel.
"¿Quiénes son el ejemplo?, ¿no son ellos? Sería bueno que ellos sean el ejemplo para los jóvenes", manifiesta. También destaca que no se venden alimentos nutritivos y que este tema no ha sido tratado con la sociedad de padres, a quienes, según ella, dan más importancia al turno matutino. Abigail hizo un llamado a las autoridades para que inspeccionen el plantel.
EN LA UJAT "NADA CAMBIÓ"
La problemática se extiende incluso a nivel universitario. Denisse y Jesús, estudiantes del noveno semestre de la carrera de Médico Cirujano en la División Académica de Ciencias de la Salud (DACS) de la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco (UJAT), confirman que la comida chatarra se sigue ofreciendo en los siete locales permitidos dentro de la institución.
"El negocio principal que es la tienda, es la que más vende (comida chatarra)", menciona Jesús.
Según los estudiantes, los comercios ofrecen antojitos, tacos, agua y paletas, mientras que la tienda principal vende todo tipo de chatarra, productos que, aseguraron, son "lo que más se consume". Para Denisse, el impacto de la prohibición en la DACS fue "nulo": "Realmente no hubo un gran impacto, hasta se me había olvidado que había esa ley", afirma.
Los estudiantes señalaron que las autoridades del plantel jamás dialogaron con ellos al respecto, y que "a partir de esa ley no ha habido ningún cambio".
Esto sucede a pesar de que, días antes de hacerse oficial la prohibición, el rector de la UJAT, Guillermo Narváez Osorio, había asegurado que no había cabida para la comida chatarra en la universidad y que se estaban preparando para esta medida con un año de anticipación.
La prohibición nacional abarca bebidas azucaradas, alimentos ultraprocesados, productos con sellos de advertencia (exceso de calorías, azúcares, grasas saturadas, grasas trans o sodio), confitería y postres altos en azúcar, así como comida rápida preparada.
Cabe destacar que una de las principales críticas a esta prohibición se había centrado en el comercio ambulante fuera de las escuelas.
Ante esta situación, la presidenta municipal de Centro, Yolanda Osuna, anunció recientemente que su gobierno prepara un programa para regular la venta de alimentos no saludables en los alrededores de los planteles, buscando fomentar hábitos alimenticios más sanos entre los estudiantes.
Según Osuna, desde la entrada en vigor de la normativa, se ha observado un cambio en el comportamiento de algunos comerciantes, quienes han optado por ofrecer productos más saludables.
Sin embargo, las denuncias sobre la venta encubierta de comida chatarra dentro de las escuelas en Villahermosa evidencian que aún existen desafíos significativos para garantizar el cumplimiento de estas medidas al interior de los planteles, subrayando la necesidad de una supervisión más estricta por parte de las autoridades educativas.
Es importante recordar que, por cuestiones de seguridad y para que no sufran ningún tipo de represalia, los nombres de los denunciantes fueron cambiados.