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    Publicado el 29 de junio de 2025

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    Historias Mínimas: el valor de la fotografía social

    El blog del fotógrafo autodidacta Michell González proyecta la vida cotidiana de Villahermosa de forma cruda, sin poses

    TABASCO Fue la falta de contenidos locales en los medios masivos del estado lo que llevó a Michell González a abrir su blog de fotografía en redes sociales. 'Historias Mínimas' es una respuesta a la falta de atención en lo que, a simple vista, la ciudad de Villahermosa desparrama, pero que no siempre se aprecia, ni mucho menos se vuelve viral.


    “Conocí a personas que para mí tenían historias muy interesantes, que no son ordinarias, que permanecían en el anonimato, es decir, tú vas caminando por la calle, esa persona que está allí sentada, pasas de largo y no sabes ni quién es, y puede ser una persona extraordinaria con una historia extraordinaria, entonces fue como una respuesta a esta nueva cultura que tenemos del envase, de lo superficial, de hacer famoso a cualquiera”, expresa Mitchell, quien lleva tres años con su proyecto.


    Fanático acérrimo del Cruz Azul, una pasión que le brinda vida y quita del podio del primer lugar a su otro gran amor: la fotografía. Él es ingeniero químico petrolero, aunque no tiene una formación como tal en el arte de la imagen, ha ido aprendiendo de manera autodidacta.


    Su equipo, una Canon Mark II, es suficiente para realizar su labor fotográfica; lo demás, lo que llama, el 'ojo fotográfico', se forma leyendo, viendo películas y aprendiendo del trabajo de otros camarada de la lente para retroalimentarse.


    En su forma de vida, conceptualizando la fotografía como un hobby, ocupa sus ratos libres para andar en las calles de Villahermosa, recorriendo cafés y marquesinas del Centro Histórico, lugar donde se realiza la entrevista con la condición de no salir a cámara.


    Entre sus héroes, tiene a Diego Armando Maradona, a quien él describe como un total rebelde, naturalmente el futbol es parte integral de su vida, por las noches juega con sus amigos más cercanos, uno de sus tatuajes es sobre el equipo de sus amores: la poderosa Máquina de la Cruz Azul.


    “Es una pequeña forma de rebeldía, yo sé que no voy a cambiar el mundo, pero para mí es una forma de reconocer a esa persona”, nos explica sobre el arte de 'hacer click' con su cámara.


    Su primera historia a través del lente fue un amigo suyo, de origen hidalguense, que se dedica voluntariamente a laborar en beneficio de migrantes. Esa cualidad, de no ser de aquí, de convivir con extranjeros y de amar su trabajo, es lo que llevó a Mitchell a retratarlo con su cámara.


    ¿POR QUÉ 'HISTORIAS MÍNIMAS'?

    Su proyecto hace alusión a una película argentina estrenada en 2002, dirigida por Carlos Sorín, sobre tres personas viajando por la Patagonia argentina. Estos personajes no guardan ninguna relación aparente, pero conforme se acercan a su destino van contando distintas historias a la vez. “Eso es para mí la vida, una historia repleta de historias muy pequeñas, y me gustó el nombre, decidí ponérselo”, relata.

     

    Mitchel narra su experiencia en la Villa Tamulté de las Sabanas, al asistir al bloqueo que los habitantes realizaron por falta de energía eléctrica, exigiendo de esta manera, una subestación eléctrica que suministre de energía sin interrupciones al lugar.


    Al escuchar el discurso de los políticos y de los medios de comunicación, comenzó a cuestionarse: ¿Qué tanto de esto es verdad? ¿Qué tanto quieren influenciarme?. Fue así que con un amigo se embarcó rumbo a ese corredor de arraigadas raíces indígenas.


    “No mido el peligro hasta que estoy ahí”, confiesa. “Iba súper feliz, con una sonrisa enorme y ya que llegué al lugar y vi que estaban todos gritando, que había gente borracha, algunos olían a marihuana, vi que tenían armas, me dije: sí, esto ya está peligroso. Y así, siempre lo que me motiva es esa curiosidad de sacar mi propia verdad de las cosas”.


    Se considera una persona muy curiosa, característica misma que le ha llevado a presenciar gran parte de los movimientos sociales de la ciudad, las marchas, las voces de quienes en muchas ocasiones exigen ser escuchadas por el Gobierno, pero que no se les presta atención.


    “Me gusta ir a los lugares, me gusta platicar con las personas para comprender por qué marchan, cuál es el punto, y muchas veces llego y aprendo, llego y me doy cuenta de que en cada cosa hay muchos mundos”, explica.


    A SOL Y SOMBRA

    A Mitchell le gusta mucho el fútbol, le fascinan las películas, le gusta leer a Eduardo Galeano, el escritor de realidades sociales que no denigraba el futbol y lo ponía como un reflejo de la conciencia nacionalista de los pueblos. Dos libros que destaca del uruguayo: El Futbol A Sol y Sombra, y Cerrado por Fútbol.


    Los argentinos Maradona y Riquelme, el francés Zidane, y el brasileño Neymar, son sus jugadores favoritos.

    Él admira mucho a los fotógrafos Graciela Iturbide, Gabriel Figueroa, Alan Schaller y Juan Rulfo.


    “Tampoco es como que profundice tanto, no soy un erudito o algo así, más bien disfruto cualquier expresión del arte, ya sea la música, el cine, todo”.


    HISTORIA DE HISTORIAS

    El joven cuenta que su fotografía favorita, hasta el momento, ha sido de un evento, de una charreada en una ranchería en Nacajuca.


    “Esa me gustó mucho y me sentí muy bien porque fue la primera vez que sentí que arriesgué un poco más, salí de mi zona de confort, hasta esa todas eran historias de personas, así como un mano a mano o foto de calle, esa vez decidí ir a una toreada que era en una ranchería, era de noche, me arriesgué, no conocía el lugar, a nadie, simplemente llegué”.


    Estando en el lugar se sintió demasiado observado, por su forma de vestir, por el uso de la cámara, por su forma de expresarse. Al principio fue rechazado por quienes fueron el blanco inicial de Mitchell para ser fotografiados. Se sintió incómodo pero al paso del tiempo, los toros salieron al ruedo, la gente comenzó a beber, el ambiente se fue animando, y las personas comenzaron a acceder a tomarse fotos.


    “Lo que resultó me gustó mucho, logré captar grupos de personas, siendo tal cual son, sin pose, a ellos no les importaba, solo disfrutaban el momento (...) aparte, estaba frente al toro, era una cosa que nunca había visto tan de cerca (...) me pareció mucha la adrenalina estar tan cerca de los toros, de la acción".


    Y agrega: "hice la analogía de cómo esas personas poco a poco se fueron abriendo conforme fue avanzando la fiesta, esa celebración, así somos un poco todos, cerrados, como que vamos a la defensiva, porque así nos ha hecho el mundo, no sabemos quién está en frente, vamos precavidos, pero la masa, la fiesta, nos invita a abrirnos, y ese abrirnos fue para mí algo muy bonito porque fue donde aproveché y capturé lo que realmente somos, esa esencia, sin máscaras. Y me gustó”.


    EL OBJETIVO IDEAL

    Todas las personas le han dejado algo, confiesa. Él, más que buscar que la fotografía salga “bonita” o estética, busca que tenga sentido, analogía, fondo.


    “De alguna u otra forma doy con ellos, una conversación es suficiente para dar paso a otro encuentro, una conversación con esta persona para dar a luz alguna historia bajo la cual girar el sentido de la fotografía, tratar de algo que se relacione con esa persona, no nada más un retrato bonito y ya”.


    Unas cuantas reglas de Mitchell a la hora de tomar fotos son: los niños no salen, a las parejas sólo la toma de espaldas o donde no se distingan sus rostros, que la imagen sea 'robada' y sin poses.


    Las secciones de su portal son: Un Instante, esas son situaciones espontáneas que captura con la cámara, mayormente de la calle; La Importancia de llamarse, que retrata personajes, haciendo referencia al libro "La importancia de llamarse Ernesto", de Oscar Wilde y, finalmente Un instante en México, que son fotos que realiza cuando está de viaje fuera del estado.


    Aunque le gustaría vivir de la fotografía, más concretamente del género documental, que tanto le gusta, por ahora se limita a considerar esta actividad como su hobby que rompe su rutina, le da voz y representación a figuras de la calle. Sin avisar, jala el gatillo de la cámara y captura un fragmento, acaso, de las muchas historias mínimas de Villahermosa.

    Etiquetas:

    #Arte#Tabasco#Siniestro#Artes plásticas#Fotografía#2025
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