Con gran pesar, el Instituto de Astronomía de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) confirmó este 19 de septiembre el fallecimiento de Julieta Fierro Gossman, destacada astrónoma y admirada divulgadora científica, a los 77 años de edad. Su partida deja un legado invaluable en la ciencia y en la forma en que el público se relaciona con el cosmos.
Una vida dedicada a la ciencia y la divulgación
Desde sus primeras aspiraciones, que curiosamente incluían ser hada o cirquera, Julieta Fierro se abrió camino en un mundo que su propio padre consideraba ajeno a las mujeres. "Mi papá decía que el cerebro de las mujeres era más chiquito que el de los hombres y que teníamos que estar cuidando a nuestros hermanitos en la casa", compartió Fierro, una frase que, lejos de desalentarla, la impulsó a convertirse en una férrea defensora de la ciencia y el feminismo.
Licenciada en Física y con una maestría en Astrofísica por la UNAM, Fierro Gossman se consolidó como investigadora titular del Instituto de Astronomía de la UNAM y alcanzó el nivel III en el Sistema Nacional de Investigadores. Sin embargo, su mayor reconocimiento lo obtuvo como divulgadora, una labor que desempeñó con pasión y carisma, acercando la ciencia a todos los públicos, desde niños hasta audiencias televisivas.
Frases que inspiran y perduran
Julieta Fierro será recordada por su capacidad de hacer compleja la ciencia accesible y emocionante. Entre sus frases más inspiradoras destaca: "Soy Julieta Fierro, me dedico a la divulgación para que otras personas se den cuenta de lo extraordinaria y útil que es la ciencia. Si me siento triste, pienso en el universo, me maravillo y me pongo contenta”.
También creía firmemente en la libertad del aprendizaje científico: "Para ser científico hay que aprender en libertad", dijo en una de sus últimas conferencias, destacando la importancia de la investigación y la enseñanza sin ataduras. Para ella, la ciencia era una fuente inagotable de alegría: "La ciencia es asumir retos no triviales, no imposibles, pero difíciles, y eso te mantiene contento, mientras tratas de superar el reto y si triunfas. Si no lo logras, si te equivocas, también te acostumbras a equivocarte y seguir adelante. Dedicarse a la ciencia es tener una fuente de felicidad inacabable”.
Un legado que trasciende
La astrónoma recibió múltiples reconocimientos a lo largo de su carrera, incluyendo el Premio Kalinga de la UNESCO, la Medalla al mérito en ciencias Mario Molina y cuatro doctorados honoris causa. Fue una incansable activista por la inclusión de las niñas y mujeres en la ciencia, enfatizando la necesidad de generar "el ambiente y las condiciones para que no tengan ningún tipo de discriminación y puedan desarrollarse libremente en su profesión".
El legado de Julieta Fierro perdurará en sus más de 40 libros, en los planetarios, escuelas y librerías que llevarán su nombre, e incluso en la luciérnaga Pyropiga julietafierroae, descubierta y nombrada en su honor. Su imaginación, creatividad y cercanía con el público transformaron la percepción de la ciencia, demostrando que no era un mundo inaccesible, sino una fuente de asombro y felicidad. La comunidad científica y el país entero lamentan su partida, pero celebran la vida de una mujer que nos enseñó a mirar las estrellas con otros ojos.