Miles de ciudadanos marcharon en Culiacán, Sinaloa, este domingo para exigir paz y justicia, a un año del recrudecimiento de la violencia entre Los Mayos y Los Chapitos tras la detención de Ismael "El Mayo" Zambada. Vestidos de blanco y con pancartas, los manifestantes se congregaron en La Lomita para clamar por seguridad, la localización de desaparecidos y justicia para las víctimas de asesinatos.
Entre los lemas en las pancartas se leían consignas como "¡Ya basta!", "El narco no manda, Sinaloa es nuestro hogar" y "A un año de muerte y ruina en Sinaloa, no hay nada que celebrar este 16 de septiembre". La marcha fue precedida por un mensaje del obispo de la diócesis de Sinaloa, Jonás Guerrero, quien enfatizó la fe como baluarte contra la violencia, describiendo la movilización como "oración en movimiento".
La movilización, impulsada por organizaciones civiles y colectivos a través de redes sociales, también incluyó mensajes directos al gobernador Rubén Rocha Moya y a la presidenta Claudia Sheinbaum, evidenciando la exigencia de una respuesta contundente por parte de las autoridades. Esta manifestación se produce en un contexto de escalada de violencia, destacando los recientes ataques armados a tres hospitales en Sinaloa, que dejaron al menos cinco muertos.
La ciudadanía, visiblemente frustrada y afectada por la constante inestabilidad, sale a las calles para recordar que, a pesar de los discursos oficiales, la paz sigue siendo una quimera en la región. La marcha no solo es un grito de auxilio, sino una crítica directa a la ineficacia de las estrategias de seguridad que, hasta ahora, no han logrado frenar el avance del crimen organizado y sus letales consecuencias para la población.