Tabasco.- El parque Museo La Venta, más allá de ser un espacio en el que se resguardan objetos, piezas de valor o reliquias, comprende un signo de identidad tabasqueña, diseñado por Carlos Pellicer Cámara, en la creación de dicho lugar cultural y turístico convive la idea de ser un espacio natural de identidad local, así afirma la arquitecta Gisele Angulo, quien está en contra del recién anunciado Museo Olmeca en este hábitat natural.
“No todos tenemos la posibilidad de salir de vacaciones, pero poder ir a un lugar que nos hace salir de la rutina y nos contacta con la naturaleza es casi como salir de vacaciones, es como un descanso mental”, relata la docente sobre la importancia que tiene el parque para la ciudad.
Sobre el debate de si las piezas arqueológicas deben de seguir ahí
Para la docente de la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco (UJAT), las piezas deben ser protegidas bajo la misma noción de Pellicer, “ahora tenemos la capacidad de resguardar esas piezas, y restituirlas al sitio arqueológico del cual tuvieron que ser removidas por la destrucción inminente” explica.
Ahora existe la Ley de Protección a Monumentos, cosa que no existía en los tiempos en que se trasladaron a Villahermosa las piezas arqueológicas, por lo que, para ella sería conveniente llevarlas de nuevo a La Venta, en Huimanguillo, y a su vez, dejar réplicas en el parque homónimo en Villahermosa.
“Yo considero al Parque Museo La Venta como el gran paisaje tabasqueño y el lugar en el que nos sentimos más identificados, nos sentimos más tabasqueños”, expresa.
Ella defiende al parque en su valor como un lugar de desestrés, una muestra del paisaje tabasqueño, un parque para salir de la rutina de la ciudad, para que los niños jueguen a ser exploradores y puedan distraerse de los ruidos de los carros y de las motos.
“Tenemos una noción errónea de pensar que la modernización es, y debe ser, construir, es decir, poner concreto, edificar, para que eso sea modernizado, echarle asfalto, concreto, para decir luego, esto es moderno, cuando pensemos en el trópico ya no se pensará en ese reducto de selva que dejó Carlos Pellicer sino va a estar ese edificio perturbando nuestra imagen identitaria”.
Angulo Noriega es arquitecta por la UJAT, también tiene maestría y es doctorante en la UNAM en espacio público y paisajes.
La arquitectura ideal
Para ella, la arquitectura que requiere un espacio como este, sería uno que dialogue con el contexto natural y cultural, uno que encaje con el trópico, esto para que pueda tener un mantenimiento mucho más fácil, ya que hay materiales que no resisten la humedad de esta región.
Pone de ejemplo el Museo Elevado de Villahermosa (Musevi), al que ella declara que por la naturaleza del metal es necesario estar dándole mantenimiento muy seguido y eso es muy costoso, “El metal en el trópico difícilmente va a sobrevivir sin tener tanto mantenimiento”, llama a pensar en una obra pública que sea de bajo mantenimiento y que sea una obra que dialogue con el contexto natural.
Viendo la imagen que recorre las redes en el que se logra ver el modelo previo del Museo, reitera que, aún con las añadiduras que le han hecho con el paso de los años (como el área de Zoológico que no estaba en la idea original de Pellicer), no se ha hecho tanto daño al modelo original como podría hacerlo una estructura de este tipo, “la obra que debería hacerse ahí, es la continuidad de esta visión del parque, del espacio público abierto para el disfrute de todos, del área verde de la mancha urbana”.
Ella considera que la reacción que tuvo la gente en las redes es el reflejo de que si consideran al parque como un lugar identitario de Tabasco, un pulmón natural que debe ser resguardado.
Sobre Norten, quien realizó el Musevi
Angulo cuestiona la decisión del gobierno del estado al traer de vuelta a Enrique Norten para dirigir el proyecto, señaló al arquitecto de ser una persona falta de humildad y de ética, esto por no acercarse a la gente, quienes conocen su territorio, y de imponer ideas, “ese es un discurso superado, es un discurso de colonialismo, la gente sabe a partir de su experiencia, también hay que escuchar la voz de los locales”, lo acusa de no tener el cuidado de hacer un análisis contextual pertinente, “Él simplemente puso su edificio y ya”.
Resultado de esto es una estructura de metal que requiere de mantenimiento continuo, un material que no tiene mucha vida, pone de ejemplo otro material no compatible en el estado: el cristal, ya que este requiere mantener aire acondicionado todo el día, generando grandes exigencias de energía eléctrica.
“¿Para que llamar a un arquitecto que tiene un edificio que terminó abandonado? ¿Qué va a suceder? Pues que va a hacer una segunda obra terrible”, explica.
“Una solución material podría ser el uso del ladrillo, el manejo de celosías, el manejo de fibras naturales... lo que parece (desde la imagen) es que es una estructura que necesita tener muchas más aperturas”, mencionó agregando cómo puede ser el material de construcción para un edificio que busque preservar las piezas y estar “dialogando” con el entorno natural.
“La búsqueda de revalorizar, de intervenir el parque Museo La Venta para que atraiga más turistas, ¿Es la de ponerle un edificio a lado? Desde mi punto de vista es erróneo… tiene un valor en sí mismo que es la de ser el gran paisaje tabasqueño, el gran jardín poema, parque” expresó finalmente, recalcando que no es necesario un nuevo museo pues hay otros que están abandonados y no se les voltea a ver.