Los coordinadores parlamentarios de Morena y PVEM en el Congreso federal, así como la líder nacional de Morena, Luisa Alcalde, expresaron sus más sinceras disculpas a la presidenta Claudia Sheinbaum por el incidente ocurrido en el Zócalo, donde inadvertidamente le dieron la espalda mientras ella saludaba a los invitados. Este gesto, aunque involuntario, fue percibido como una falta de respeto hacia la mandataria, y los líderes políticos reconocieron su error y expresaron su arrepentimiento.
El coordinador de Morena en el Senado, Adán Augusto López, y el coordinador morenista en la Cámara de Diputados, Ricardo Monreal, también se sumaron a las disculpas públicas, enfatizando que su descuido no reflejaba de ninguna manera una falta de apoyo o lealtad hacia la presidenta. Ambos líderes parlamentarios destacaron la importancia de mantener la unidad y el respeto dentro del partido, y aseguraron que tomarían medidas para evitar que este tipo de situaciones se repitieran en el futuro.
Luisa Alcalde, por su parte, atribuyó el incidente a un descuido en el protocolo y culpó a la oposición de intentar "desviar la atención" hacia este hecho aislado, minimizando así su relevancia política. Según Alcalde, el incidente no fue más que un error humano sin ninguna connotación política, y aseguró que la relación entre la presidenta y los líderes del partido seguía siendo sólida y respetuosa.
Ricardo Monreal, en un gesto de arrepentimiento, publicó un mensaje de disculpa en sus redes sociales, pero posteriormente lo eliminó. Aunque no se explicaron las razones detrás de esta acción, algunos especularon que Monreal podría haber recibido críticas o presiones internas que lo llevaron a retractarse de sus disculpas públicas.
El grupo de morenistas, entre los que se encontraban Adán Augusto López y Manuel Velasco, además de Ricardo Monreal, se estaban tomando una foto junto a Luisa María Alcalde, dirigente nacional de Morena, Andrés Manuel López Beltrán, hijo del expresidente Andrés Manuel López Obrador y secretario de Organización de Morena, cuando la presidenta se aproximó a la escalinata para subir al templete.
Sheinbaum, con profesionalismo y compostura, continuó caminando y no se detuvo frente a los dirigentes de la 4T, demostrando que no se sentía ofendida por el descuido. Al final del acto, pasó por la zona VIP saludando a los simpatizantes, pero nuevamente no se detuvo frente a los dirigentes, lo que algunos interpretaron como una señal de molestia o distanciamiento.
Este incidente, aunque breve y aparentemente trivial, generó un intenso debate en los medios de comunicación y las redes sociales, donde se discutió sobre el respeto y la lealtad dentro del partido, así como sobre la relación entre la presidenta y los líderes políticos. A pesar de las disculpas y explicaciones ofrecidas, el incidente dejó una sombra de duda sobre la unidad y cohesión dentro de Morena, y planteó interrogantes sobre el futuro político de algunos de sus líderes.