TABASCO. La vida que se ganaban los más de 80 locatarios del tianguis de la colonia Casa Blanca, a un costado del mercado provisional “José María Pino Suárez” de Villahermosa, hoy se encuentran entre ruinas, pues desde principios de semana, su patrimonio trabajado por más de tres décadas quedó sepultado.
Los pocos que aún se mantienen acusaron al Ayuntamiento de Centro de desalojarlos con agresividad y de manera ilegal, mandando maquinaria para la demolición de sus locales que hoy lucen sin sus techos de láminas y entre escombros, pese a que se encuentran en medio de un proceso judicial que los ampara ante dichas acciones.
De acuerdo con Rosalba Sánchez, abogada que lleva el caso, estas acciones corresponden a las exigencias de Carlos Raúl Priego Ramos, quien se identifica como el propietario del predio, ante el Ayuntamiento de Centro, para liberar dicho espacio ya que el contrato que mantenían ha concluido.
Los locatarios del tianguis relatan que a principio de 2025 les llegó un oficio en el que se les notificaba que serían desalojados, por lo que acudieron con Asunción Hernández Jiménez, quien por más de 30 años había sido el único administrador del lugar, para solicitarle los documentos que demostraban que ellos habían pagado un permiso de miles de pesos para poder laborar.
Dichos pagos, señalan, fueron realizados sin que los locatarios recibieran un comprobante, de modo que lo único que tenían para quedarse, era la palabra de Asunción Hernández, quien al poco tiempo falleció, dejándolos desamparados en medio de esta situación.
Meses después iniciaron un proceso para ampararse, sin que esto detuviera las presiones de las autoridades quienes, con empresas particulares, acudieron a cortarles la luz, el agua y finalmente, la demolición de sus locales.
La abogada asevera que las medidas del ayuntamiento han sido bajo amenazas y hostigamientos, pues han sido desalojados con violencia y “de una manera humillante”, tomando en cuenta que la mayoría de las personas que ganan su sustento en el tianguis, son personas vulnerables.
“No hay manera de que a ellos se les respete. Son gente vulnerable, hay gente de más de 70 años y viven de esto. No es justo lo que se les está haciendo, cuando hay una autoridad federal que los está amparando”, acusa Rosalba Sánchez.
HASTA 27 MIL PESOS LES COBRARON
Casi la mitad de los locatarios terminaron abandonando el tianguis, pues accedieron a la demolición, porque desde el Ayuntamiento, les han dado la alternativa de ocupar un espacio dentro del mercado provisional.
Sin embargo, no es una opción viable para todos, pues señalan que lo único que les están ofreciendo, es “el piso”, sin alguna infraestructura para colocar sus productos, y al aceptarlo se verían obligados a invertir un dinero con el que muchos no cuentan.
Para Rosario Cervantes, con tres puestos en el tianguis y quien heredó el primero de su madre quien, según cuenta, hoy yace enferma en cama, la situación es tan lamentable que al hablar, lo hace al borde del llanto, pero alcanza a decir: “todo mi sacrificio de 34 años ahí se fue”.
“Tengo 10 años, pero mi madre tenía casi 40 años de estar aquí, ella está postrada en una cama, y sus puestos están desbaratados por esta situación”, afirma.
Señala que el administrador recientemente fallecido, vendió puestos ilegalmente, sin ofrecer garantías legales. En su caso le cobró 27 mil pesos, y lo que era su principal sustento, hoy sólo son escombros. “Espero que me devuelvan el puesto, el de mi mamá, si no que me den un sencillo, porque todo mi dinero ahí se fue, mi sacrificio de 34 años ahí se fue”, señala.
Otro más, Rosalino Acopa, locatario desde hace 28 años, tenía una tienda y una peluquería. Afirma que este trabajo era vital para él, porque su vida depende del tratamiento para sus enfermedades, pues hace años fue detectado con cáncer de garganta y actualmente es diabético.
En su caso, Asunción Hernández le “vendió” los locales 23 y 24 en 18 mil pesos, sin darle ningún comprobante de pago. “No había papel, pero como uno no sabe”, lamenta y señala que las medidas violentas comenzaron al fallecer el administrador. “No nos queríamos salir, nos aferramos, pero nos cortan la luz, qué hacíamos sin luz”.
Enfermo, lo único en lo que ha podido pensar en los últimos días es en la preocupación que le genera una deuda que se hizo luego de enfermarse recientemente. “La verdad yo estoy muy preocupado, ayer hasta lloré porque estuve enfermo y no he terminado de ir con el doctor por falta de dinero, y ahora con esto, está muy crítico, ni para el pasaje tengo”.
Ante esta situación, tanto locatarios como su representante legal, hacen el llamado del gobernador Javier May para frenar la demolición de los locales, en tanto el juez resuelve jurídicamente la situación.