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    Publicado el 30 de junio de 2025

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    Sufren obesidad 19.3% de niños tabasqueños

    Tabasco se encuentra dentro del #Top5 de estados con mayores problemas por esta condición

    TABASCO. Con un índice 19.3%, Tabasco se encuentra entre las cinco entidades del país con mayor porcentaje de obesidad entre la población de 12 a 19 años. Según la Encuesta Nacional sobre Salud y Nutrición, en este estado del sureste de México un 47.3% de sus habitantes mayores de 20 años sufre de obesidad, otro 22.0% de hipertensión y 12.1% de diabetes.


    Aunado a esto, de acuerdo con el Sistema Epidemiológico y Estadístico de las Defunciones (SEED), entre los años 2010 y 2017, las dos primeras causas de muerte en el país fueron las enfermedades no transmisibles, esto es, las de origen multifactorial y prevenibles.


    En tanto que en el periodo 2010-2016, las enfermedades del corazón se ubicaron en el primer lugar como causa de mortalidad; sin embargo, para 2017 la diabetes mellitus constituyó la principal razón de muertes, con un total de 106,525 defunciones.


    La prevalencia de sobrepeso y obesidad en México sitúa a nuestro país entre las naciones que más sufren este padecimiento en niños, reveló el último informe de la Encuesta Nacional de Salud (Ensanut) elaborada en 2023. Es un problema creciente que aumenta año con año, según especialistas en materia de salud, quienes convergen en la idea de que se necesitan medidas radicales para cambiar la situación por la que atraviesan las infancias.


    Esta medición arroja que sólo 1.1 puntos porcentuales ha aumentado la incidencia en el país, de 2012 a 2023, periodo en el que pasó de 14.6% a 15.7%; empero, no es la cifra más alta, pues en 2022 un 17.1% de la población de 5 a 11 años en el país padecía obesidad infantil.


    Cerca de 66% de la población mexicana supera el límite máximo recomendado de la Organización Mundial de la Salud (OMS), sobre una base de 10% de consumo de energía en azúcares al día.


    Sintexto conversó con la estudiante de la Licenciatura en Nutrición, Galilea Sosa, y con la médica general Ana María Villalobos, adscrita a los Servicios Médicos de la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco (UJAT), quienes coinciden en que Tabasco se coloca entre los estados con mayores índices de obesidad infantil en el país.


    Sosa explica que cada vez hay más niños con alteraciones que antes solo se veían en adultos. Un ejemplo, precisó, es la resistencia a la insulina o hígado graso. “Eso es una cuestión alarmante, no es casualidad, esto viene de una combinación de una alimentación alta en alimentos ultraprocesados, refrescos, sedentarismo, poca educación nutrimental real”, explica. 


    Para ella los casos aumentarán a futuro, lo que es grave porque un niño con obesidad tiene 80% de probabilidades de crecer y continuar así en su adultez. “No todo está perdido, si se aplican políticas efectivas, si hay educación real y cambios culturales se puede redirigir este rumbo”, expresa.


    ESTRATEGIAS INSTITUCIONALES

    Recientemente, en Tabasco se aplicó la nueva ley que prohíbe la venta de comida chatarra y alimentos ultraprocesados en escuelas de primaria y secundaria, como una medida preventiva para las nuevas generaciones. 


    “Es una medida que está bien”, considera Sosa, pero admite que no es suficiente, dado que se requiere regular la producción y el acceso a los refrescos, no solo con impuestos, sino también limitar la publicidad. Y es que las bebidas azucaradas representan un problema que va más allá de la salud, se entrelaza con una crisis ya presente: la ambiental.


    “Hay resistencia social y comercial, México es el país número 1 en el consumo de refrescos en el mundo, al mismo tiempo es uno de los más insostenibles en el uso del agua, estamos pasando por una crisis hídrica tremenda, a la par seguimos priorizando el consumo de bebidas azucaradas”, advierte Sosa.


    La especialista ve necesario programas de educación nutricional masivos desde la educación preescolar, aunque también es imprescindible posicionar a los nutriólogos, quienes pueden tratar de mejor manera y sin mitos a los pacientes que ya padecen obesidad infantil.


    Al ser la obesidad infantil un problema de muchos factores, cree que la dirección correcta es la colaboración interdisciplinaria que permita crear un entorno donde elegir lo saludable no sea lo más difícil ni lo más caro.


    María Villalobos califica al fenómeno de la obesidad como una epidemia.


    “Es una situación lenta, no es dramática, ves al niño gordito, lo ves jugando, y así sucesivamente, pero no solo se ve en niños gorditos, también lo presentan niños delgados, que tienen hígado graso o enfermedades en la sangre, el asunto que viene es cuando observamos que viene el diagnóstico de cáncer, resistencia a la insulina, hígado graso, por la misma naturaleza del padecimiento que es lento y silencioso, la gente lo está dejando pasar mucho”, sentencia.


    AMBIENTES OBESOGÉNICOS

    Villalobos ve como una buena iniciativa la reciente prohibición de venta de comida chatarra en escuelas, ya que es un primer paso para que los niños puedan escuchar que hay algo malo en la alimentación rápida. Ella también coincide en imponer impuestos a ciertos productos para poder limitar su consumo.


    “En Villahermosa se ha priorizado el desplazamiento en automóvil, ya no es posible desplazarse a pie, se tiene que tomar transporte público, esto ha propiciado el sedentarismo”, señala, tras llamar a adoptar políticas públicas que permitan transportarse ya sea caminando o en bicicleta y que las personas puedan sentirse seguras o no tan expuestas al sol, recordando que nuestro estado es muy caluroso.


    Dentro de las Ciencias de la Salud públicas existen los llamados ambientes obesogénicos, lo que ella describe como aquel que, con los elementos con los que cuenta, promueve y fomenta que la persona tenga comportamientos que lo induzcan a padecer obesidad, como el sedentarismo, o la disponibilidad de alimentos ultraprocesados.


    “Tenemos cada vez más cerca tiendas de conveniencia que lo que tienen en oferta son alimentos no perecederos que contienen altas cantidades energéticas”.


    Otro de estos elementos es la disminución de espacios verdes, con la falta de mantenimiento de estos disminuyen las posibilidades de esparcimiento físico.


    De acuerdo con la Ensanut, en los entornos rurales prevalece esta enfermedad por sobre los ambientes urbanos.


    “Cometemos un error el área médica cuando recargamos toda la culpa al paciente, la personas que vive con obesidad no está escogiendo ser obeso, es el ambiente y el entorno que lo tiene en esas circunstancia (...) es un problema más complejo”, afirma la galena.


    PREVENCIÓN

    Para Galilea Sosa, la obesidad infantil es multifactorial, y es necesario abordarla desde tres enfoques: familiar, escolar y comunitario, que son en los que el niño se desenvuelve día con día. 


    El consumir más frutas, disminuir el consumo de refrescos, no dar de comer galletas, sabritas a los niños desde temprana edad (porque su paladar se acostumbra y luego es difícil que coman las frutas y verduras), fomentar el movimiento diario, evitar el uso de dispositivos celulares, son algunos hábitos que pueden conducir a una mejora en la salud y a la prevención de los infantes.


    “Darle una pantalla a tu niño es quitarle la vida (...) jugar al aire libre, bailar, correr, saltar la cuerda, deportes organizados, actividades escolares de educación física, aparte de la actividad física se debe dar el ejercicio físico, no permitir que estén tanto tiempo sentados”, recomienda Sosa sobre los padres que dan dispositivos móviles a sus hijos desde pequeños.


    Dar el ejemplo es otro hábito indispensable para los padres, debido a que los niños realizan lo mismo que los adultos. Villalobos concuerda en este punto, agregando que los padres suelen ser indiferentes a lo que se va gestando en los niños.


    Villalobos en esta área pronuncia una serie de medidas preventivas: hacer cambios sustanciales de vida, deben corregir hábitos alimenticios o de sueño, y tratar de establecer una mejor salud mental. “Es importante reconocer que el cambio en el estilo de vida va a tomar su tiempo pero son cambios para los que no va a haber regreso”.


    “Estamos encasillando el tema de la obesidad en el peso, por eso nuestros esfuerzos no están rindiendo frutos, la gente baja de peso, vuelve a subir, vuelve a bajar, y seguimos dando el discurso de que se tiene que bajar peso, pero es un tema más complejo”, finaliza Villalobos.

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    #4T#Salud#Tabasco#2025
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