Ciudad de México. - La inminente aplicación de nuevos aranceles a mercancías provenientes de países sin tratado comercial con México, incluida China, ha generado un debate sobre sus posibles efectos en la economía nacional. La medida, impulsada por el Plan México del gobierno de Claudia Sheinbaum, busca fortalecer la producción nacional y reducir la dependencia de importaciones asiáticas, especialmente de China.
El embajador de China en México, Chen Daojiang, advirtió que estos aranceles podrían traducirse en un aumento en los costos de producción que impactaría directamente a comerciantes y, finalmente, a los consumidores. Durante el Foro México-China 2025, Daojiang enfatizó que las políticas arancelarias deben facilitar el comercio, no obstaculizar las cadenas productivas.
La reforma arancelaria, que fue aprobada en Comisiones de la Cámara de Diputados, modifica 1,463 fracciones de 17 sectores (como autopartes, acero, textil, juguetes y electrodomésticos), estableciendo aranceles que oscilan del 5 al 50 por ciento. No obstante, 974 fracciones arancelarias recibieron una reducción promedio del 28 por ciento respecto a la propuesta inicial tras negociaciones internas.
Respaldo Empresarial Mexicano
A pesar de las críticas diplomáticas, organismos empresariales mexicanos han manifestado su apoyo a la medida. Sergio Contreras, presidente del Comce, señaló que la reforma es una respuesta necesaria al enorme déficit bilateral con China, que supera los 90 mil millones de dólares, y a prácticas comerciales que han desplazado a la producción nacional. Según Contreras, la medida "ayudará a mejorar los ingresos de México y dará margen a las empresas para adaptarse al mercado".
El embajador Daojiang aseguró que China mantendrá el diálogo con la Secretaría de Economía y el Gobierno Federal, reconociendo a México como un socio estratégico con "enorme potencial económico".
El dictamen ha sido turnado al Senado de la República, que deberá aprobarlo antes de fin de año para que los nuevos aranceles entren en vigor el 1 de enero de 2026, en un contexto clave de cara a la revisión del T-MEC.








