TABASCO. Miles de familias padecen la falta de agua en sus hogares, por lo que la alcaldesa de Centro, Yolanda Osuna Huerta, admitió que las plantas potabilizadoras que dependen del río Grijalva tuvieron que parar sus operaciones debido a los altísimos niveles de turbiedad, una situación que, lejos de estar resuelta, podría repetirse en los próximos días.
“Las plantas potabilizadoras que son abastecidas por el río Grijalva, tuvimos un paro prácticamente de dos a tres días, como son las plantas de Gaviotas y de Parrilla, que tuvieron que suspenderse las operaciones ante la altísima turbiedad, que casi llegaba a los cuatro mil NTU”, aceptó Osuna Huerta, al ser cuestionada por el desabasto que sigue afectando a buena parte del municipio.
La funcionaria intentó matizar la situación al explicar que la Planta Villahermosa, que se abastece mediante el Acueducto Carrizal, continúa operando de manera normal, pero lo cierto es que las plantas afectadas abastecen importantes zonas de Villahermosa y sus paros han dejado sin agua a miles de ciudadanos.
"Lo importante es que está funcionando la Planta Carrizal y tienen las líneas de distribución para suministrar el agua potable a las colonias de la ciudad de Villahermosa", justificó.
Sin embargo, la realidad es que mientras las autoridades hablan de líneas de distribución, en las colonias como 18 de Marzo, Punta Brava y en decenas de rancherías, el agua sigue sin llegar de manera regular. Peor aún, la propia alcaldesa advirtió que la problemática se repetirá debido a los fenómenos naturales que alteran la calidad del agua del río Grijalva.
“Eso va a ser siempre un pendiente, porque acuérdense que el Grijalva viene de la Sierra y trae picos de turbiedad muy altos; eso vendremos administrándolo. Y se intenta que, por lo menos, si no se suspende el suministro, se baje la presión al 50% para no dejar completamente sin agua a las personas”, anticipó.
ESCASEZ PESE A OBRAS
Mientras tanto, en los hechos, los ciudadanos enfrentan una crisis que se refleja en cada hogar: tinacos vacíos, garrafones a precios elevados, niños que no pueden bañarse y amas de casa que almacenan trastes sucios durante días.
A pesar de los anuncios oficiales y de la reciente inauguración de las plantas Carrizal I y II, y el Acueducto Usumacinta, la alcaldesa argumentó que la infraestructura existente presenta fallas que agravan el problema.
“Las fugas de agua se están interviniendo, se están arreglando, esto es en función de las presiones que se dan. Queremos comentarles que ya estamos por cerrar el último reporte de junio, pero casi 450 fugas de agua se están atendiendo mensualmente en todo el municipio”, detalló Osuna.
Esa cifra, lejos de tranquilizar a la población, confirma el deterioro de la red hidráulica y la falta de soluciones estructurales.
Los testimonios de vecinos de las colonias más afectadas son prueba de ello: en 18 de Marzo, más de 200 casas no tienen agua; en Punta Brava, la zona alta depende totalmente de bombas eléctricas que fallan a la menor interrupción de luz; en muchas rancherías, el agua llega a cuenta gotas y las pipas oficiales son insuficientes.
Mientras eso sucede, Osuna Huerta sostiene que las autoridades están “reactivando” las plantas que dependen del Grijalva, y que el sistema de captación desde el Carrizal está funcionando “sin ningún problema”, la crisis sigue profundizándose.
“Los picos de turbiedad están altos. Por ejemplo, el domingo y lunes tuvimos casi 4 mil NTU, ya sobrepasa las normas del procesamiento a través de los residuos químicos, por eso se tuvo que suspender la operación”, detalló.
Incluso admitió que, aunque la planta Carrizal está en funcionamiento, la situación no garantiza la cobertura total, pues hay fugas, socavones, problemas de presión y colonias enteras donde el agua "sí llega, pero no sube", tal como lo han denunciado los ciudadanos durante años.
19 PAROS TÉCNICOS
Con todo y los casi mil millones de pesos invertidos en el Acueducto Usumacinta y la Potabilizadora Carrizal II, los paros operativos por turbiedad ya se han repetido varias veces, y los reportes oficiales indican que de octubre de 2021 a mayo de 2023, se registraron al menos 19 suspensiones de suministro por los mismos motivos.
La alcaldesa defendió que los cárcamos y los sistemas de drenaje “están funcionando al 100%”, y que las lluvias recientes fueron bien administradas, evitando mayores afectaciones. Empero, señaló que la turbiedad del Grijalva es un fenómeno recurrente y difícil de controlar, lo que significa que los paros seguirán siendo un riesgo constante.
Al final, mientras la administración municipal asegura que la crisis se atiende "de manera gradual, de menos a más", los ciudadanos, como Gloria López Jiménez, que vive en Punta Brava, siguen enfrentando la pesadilla de no tener agua para lo más básico: bañarse, cocinar, limpiar, o incluso sobrevivir en medio de temperaturas que alcanzan los 50 grados de sensación térmica.
En Villahermosa, la falta de agua sigue siendo la herida más visible de una ciudad que, paradójicamente, se asienta entre ríos, lagunas y abundancia natural, pero donde la infraestructura, la planeación y las promesas rotas, condenan a miles a sobrevivir entre la sed, la frustración y la incertidumbre.