Fátima Bosch, la representante mexicana en el certamen Miss Universo 2025, protagonizó una tensa entrevista con Telemundo al enfrentar una batería de preguntas centradas no en su desempeño o proyectos sociales, sino en las graves controversias legales que sacuden a la organización Miss Universo en México. La tabasqueña no ocultó su molestia ante lo que consideró un enfoque injusto y morboso de los medios.
El diálogo, que inició con la polémica por las visas de algunas concursantes, rápidamente se desvió hacia las acusaciones criminales y el congelamiento de cuentas bancarias que rodean a Raúl Rocha, líder de la franquicia mexicana. Ante la insistencia de si habría competido de saber el contexto legal, Bosch respondió tajante: “Claro que sí, porque yo no tengo nada que esconder, yo no hice nada malo”. La reina de belleza enfatizó que su participación se basó en su propósito de representar a las mujeres, un objetivo que, a su juicio, trasciende la polémica administrativa.
La molestia de Bosch se hizo evidente al cuestionar el escrutinio mediático. "Vivimos en una sociedad desvirtuada de valores… les molesta ver a una mujer que gane de manera limpia”, aseveró. Señaló que, pese a sus futuras iniciativas de impacto social, el periodismo se ha enfocado únicamente en “polémica y morbo”, ignorando su trabajo de fondo. “Nadie me ha preguntado por esas acciones”, lamentó.
Respecto a la presunta demanda por difamación interpuesta en su contra en Tailandia, la respuesta fue directa y sin titubeos: “No tengo ninguna demanda, yo no he difamado a nadie”. Bosch aseguró no haber recibido notificación oficial alguna y prefirió cerrar el tema.
La concursante insistió en la necesidad de “darle vuelta a la hoja” y redirigir el foco hacia temas de impacto social real, como el apoyo a mujeres vulnerables. Si bien la entrevistadora defendió que los señalamientos legales son parte del contexto de Miss Universo, Fátima Bosch defendió su postura, recalcando que su participación no debe ser relacionada con decisiones o problemas ajenos a ella. La entrevista deja un claro mensaje sobre la tensión entre las aspiraciones de la concursante y la sombra de los problemas legales que persiguen a la organización que representa.
Tras la incomoda entrevista, la Miss Universo abandonó el set y canceló todas las entrevistas con el medio de acuerdo a la propia televisora.








