CDMX. Jorge González Camarena (1908-1980) es una figura central del arte mexicano del siglo XX, reconocido por su profunda huella en la pintura, la escultura y el muralismo nacional.
Su obra trasciende el lienzo y el muro debido a que es autor de la emblemática pintura La patria, que ilustró durante décadas las portadas de los libros de texto gratuitos, un símbolo de la educación pública mexicana.
Nació en Guadalajara, pero su vida estuvo marcada por una pasión temprana por el arte que lo llevó a Ciudad de México, donde ingresó a la Academia de San Carlos y se sumergió en el movimiento muralista.
Además de su destacado legado artístico, compartió lazos familiares con un pionero de la tecnología, era hermano de Guillermo González Camarena, inventor de la televisión a color, lo que enriquece aún más su biografía y el valor histórico de su familia.
Este legado puede verse La utopía inacabada y Más allá de la monumentalidad, exposiciones conjuntas concebidas como un sentido homenaje al artista a 45 años de su partida.
Las exhibiciones no solo reúnen sus obras más representativas, también celebran su visión comprometida con la justicia social, la identidad nacional y la educación.
La exposición conjunta es un proyecto entre el Museo Nacional del Palacio de Bellas Artes y el Museo Mural Diego Rivera, que resulta especial y atípica debido a que dos recintos suman fuerzas para hacer una revisión exhaustiva y sin repetir temáticas sobre la vida y obra de González Camarena.
Dividir una exposición en dos museos, dijo Valentina García, directora del Museo Mural Diego Rivera, habla de la actividad y de la enorme relevancia del artista, que fue escultor, pintor, muralista, ilustrador y gestor, cuya amplia producción los motivó a hacer la revisión en dos recintos.
En este esfuerzo conjunto de investigación, destaca la obra mural que realizó González Camarena en 1941 con el título Díptico de la vida en el edificio Guardiola del Banco de México, el cual generó controversia entre los banqueros pues lo calificaron de inmoral pues el artista pintó a un hombre y una mujer desnudos en defensa al dramaturgo Salvador Novo.
El mural se destruyó con el pretexto de que el inmueble había sufrido daños a raíz del sismo de 1957, sin embargo, los banqueros intentaron negociar con el Inbal para que pudieran recrearlo en el Palacio de Bellas Artes, y aunque González Camarena aceptó, decidió pintar una obra distinta a la que llamó Liberación.
La curadora Magali Hernández López detalló que en el Museo Mural Diego Rivera se habla de la obra Jorge González Camarena más allá de la monumentalidad, pues se abordan dos principales facetas del artista que han sido poco conocidas: la de ilustrador y la de escultor, y presentan algunos de sus proyectos más representativos.
Por la imagen de La patria (1961), la exposición presenta en una vitrina varios ejemplares de los libros de texto gratuitos.
La curadora Erika Contreras Vega comentó que González Camarena, además de ser un gran pintor, era también investigador, le gustaba escribir artículos sobre la recuperación de las artes populares, las artesanías, las costumbres y el arte mesoamericano.
La exposición en el Museo Mural abre con el autorretrato del artista cuando era estudiante, en 1925, de la Academia de San Carlos; entre sus maestros estaba Gerardo Murillo, Dr. Atl.
En la planta alta se despliega su faceta como escultor con uno de los grandes proyectos González Camarena en la extinta Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas, el famoso edificio SCOP, que con los sismos de 1985 y 2017 sufrió muchos daños y que ha sido desmantelado.