CHIAPAS. El mar de fondo es un fenómeno oceánico que se refiere a un oleaje que se genera en alta mar, generalmente por tormentas o fuertes vientos que ocurren lejos de la costa, y que luego viaja largas distancias hasta llegar a zonas costeras. Este fenómeno ha devorado más de medio kilómetro de playas en Tapachula.
En el litoral chiapaneco, principalmente en Tapachula, olas de hasta 3.6 metros de altura fueron registradas en las últimas horas a consecuencia de este fenómeno, que ha afectado a más de una decena de palaperos, según información oficial de Protección Civil municipal.
Cabe destacar que, desde el domingo 27 de abril, las zonas de Puerto Madero y Playa San Benito en el municipio de Tapachula, han causado daños materiales en viviendas, restaurantes y al menos diez establecimientos comerciales.
El fenómeno alcanzó su punto crítico este martes 29 de abril, día en que las autoridades intensificaron las acciones de vigilancia y prevención. A pesar de la magnitud del oleaje, no se reportaron personas lesionadas ni fallecidas.
La Secretaría de Protección Civil del Estado, en coordinación con la Policía Estatal, implementó un operativo de vigilancia activa, realizando recorridos por la franja costera y emitiendo alertas preventivas. Asimismo, se recomendó a la población evitar actividades recreativas y de pesca mientras persistiera el fenómeno.
Actualmente, el oleaje ha comenzado a disminuir, lo que ha permitido iniciar la evaluación de daños y la planeación de acciones de recuperación, en colaboración con las comunidades afectadas.
Las autoridades continúan monitoreando la situación, para garantizar la seguridad de la población y mitigar los impactos de este evento natural en la región costera de Tapachula.
Chiapas ha perdido más de medio kilómetro de playas, principalmente en el municipio de Tapachula, según investigaciones realizadas por especialistas en la materia en esta parte del territorio mexicano.
La erosión, según el investigador Vicente Castro Castro, miembro del Centro de investigaciones para Mesoamérica (CIM), adherido a la Universidad Autónoma de Chiapas (Unach), comenzó hace más de una década con la modificación de la línea de costa, con la llegada de la dársena de Puerto Chiapas.
La situación, según Castro Castro, es preocupante y debe ser atendida cuanto antes, porque el mar ya ha cobrado víctimas y destruido estructuras que se pensaba nunca iban a ser alcanzadas por las potentes olas en el litoral chiapaneco. A los tres órdenes de gobierno, poco les importa esta destrucción silenciosa.