CHIAPAS. Ante el primer caso de miasis (gusano barrenador) localizado en la región Soconusco de la entidad, el Comité Jurisdiccional de Vigilancia Epidemiológica de la Jurisdicción Sanitaria no. VII, llevó a cabo la tercera reunión extraordinaria con representantes del área de epidemiología a nivel estatal y el Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (Senasica).
Para definir las acciones a realizar, como vigilancia activa por parte del área de epidemiología jurisdiccional, notificación inmediata de casos y envío oportuno de recolección de larvas al laboratorio jurisdiccional y el Senasica, replicar capacitación a las unidades médicas, coordinación interinstitucional para la contención de casos, entre otras.
En esta reunión participaron el Instituto Mexicano del Seguro Social, Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado, Instituto de Seguridad Social de los Trabajadores del Estado de Chiapas y Cruz Roja.
Por su parte los ganaderos y tablajeros de la frontera sur han intensificado las medidas de vigilancia sanitarias, ante la preocupación por los casos de gusano barrenador en vacas y en primer caso de miasis en humanos a consecuencia de este mal que ataca primero a los animales.
El médico inspector del rastro de Tapachula, Guillermo Petris Grajales, señaló que se tiene conocimiento que la enfermedad se está esparciendo con rapidez, lo que ha llevado a las autoridades a tomar mayores medidas.
“Hay puntos de inspección en carreteras y a pie, pero se tiene la preocupación que llegué a afectar el ganado que llegue a consumo”, expuso.
El veterinario zootecnista informó que en promedio se sacrifican de 10 a 15 vacas por día, provenientes de este y municipios como Pijijiapan, Mapastepec, Tuxtla Chico, Mazatán, entre otras localidades del sureste.
Este promedio puede variar al existir temporadas bajas y altas, incluso con el ingreso de ganado de otras entidades, principalmente de Yucatán.
Petris Grajales puntualizó que los filtros en el rastro municipal de Tapachula se han intensificado y se realiza vigilancia “con lupa”.
Detalló que existe una inspección “premortem” para buscar que no haya heridas o lesiones de consideración que pueda levantar sospechas de gusano barrenador en los animales que ingresan. Después de ser sacrificada la vaca, la carne en maquila es revisada también por medio de protocolos específicos para continuar con esta inspección necesaria.
“Si hay alguna lesión se puede identificar rápido, porque al momento que ya está sacrificado el animal sin piel es más detectable este tipo de situaciones, por fortuna hasta ahora no hemos tenido ningún caso en el rastro, pero eso no quiere decir que bajamos la guardia”, explicó.