TABASCO.- La tarde de este lunes, en el marco de la Feria Internacional del Libro UJAT 2025, que tiene a Chile como país invitado, el Teatro Universitario de la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco, se convirtió en el escenario del concierto de gala “Poesía, música y razón: versos a primera vista”.
Este evento, protagonizado por los reconocidos repentistas cubanos Luis Paz Esquivel, Yariel Sotolongo, Omar Mirabal Navarro y Waldo Leyva, cautivó al público durante más de una hora con un despliegue de improvisación poética, memoria y destreza que dejó a los asistentes completamente fascinados.
El espectáculo, acompañado por la musicalización de Yariel Sotolongo, combinó recitaciones e improvisaciones en décimas —estrofas poéticas de diez versos octosílabos con rima consonante— con “duelos” poéticos que pusieron a prueba la agilidad mental de los artistas. El público, entregado en todo momento, no escatimó en aplausos para demostrar su admiración ante el talento desplegado en el escenario.
Uno de los momentos destacados fue “La controversia”, una discusión poética en la que los repentistas debatieron, a través de versos improvisados, sobre el tema del libro en la era digital. Esta dinámica, típica del repentismo cubano —un arte que consiste en improvisar versos con diversas formas estróficas, con o sin acompañamiento instrumental—, mantuvo a la audiencia al borde de sus asientos.
Waldo Leyva, por su parte, enriqueció la velada al introducir la “undécima” o Glosa, una forma poética que describió como “la joya del barroco”. Explicó que esta técnica consiste en tomar un texto inicial breve —generalmente de uno a cuatro versos— y desarrollarlo en estrofas que lo comentan, repitiendo cada verso al final de estas. “Se podía ir de principio a fin y no perdía sentido”, afirmó el poeta, subrayando la complejidad y belleza de esta estructura.
El cierre del evento llegó con una interacción directa con el público a través del “pie forzado”, una técnica de improvisación en la que los asistentes proponían un verso y los repentistas componían décimas en el acto. Esta dinámica participativa selló una noche memorable, en la que la poesía, la música y la espontaneidad se fusionaron para deleite de todos los presentes.