TABASCO. La intrigante pintora mexicana que marcó un antes y un después en la forma de acercarse al lienzo desde el dolor y las sensibilidades del yugo inconstante, Frida Kahlo, sigue generando adeptos a su estilo surrealista a 118 años de su natalicio.
Frida Kahlo se ha convertido una de las artistas más populares del siglo y su obra permanece vigente a nivel internacional, gracias a nuevas investigaciones, curadurías y estudios que presentan diversas formas de acercarse a su trabajo plástico.
Es ”Frida Kahlo: arte, jardín, vida”, la primera exposición individual de la pintora mexicana inaugurada desde 2015 en el Jardín Botánico de Nueva York (NYBG).
Se trata de una novedosa muestra que se centra exclusivamente en el interés de la artista por el mundo botánico, reflejado en sus bodegones y cuadros, como Autorretrato con collar de espinas y Colibrí (1940); Flor de la vida (1944); Naturaleza muerta con el loro y la bandera (1951); y Autorretrato dentro de un girasol (1954).
Frida nació en Coyoacán, Ciudad de México, en 1907. Su padre era de descendencia alemán-húngara, mientras que su madre, mexicana, tenía orígenes indígenas y españolas.
Se caracterizó por ser una mujer enfermiza, víctima de polio desde que era niña, la cual la dejó con cojera, y de un accidente de autobús que la tuvo sometida a muchas cirugías a lo largo de su vida, de esta manera falleciendo a la edad de 47 años.
La Casa Azul fue el nombre con el que se le conoció al edificio donde ella creció y, donde después de muchos escándalos con su esposo Diego Rivera, regresó a vivir para morir unos años después, en 1954, y ese mismo inmueble ahora es el lugar que alberga gran parte de su obra expuesta al público.
El suicidio de Dorothy Hal, es la obra más solicitada a nivel internacional de la autora. En ella se muestra a una mujer cayendo de un edificio envuelta en nubes, al mismo tiempo una mujer ensangrentada está en el suelo, muerta.