El estado de Tabasco se sitúa como la séptima entidad a nivel nacional con la tasa de suicidios más alta por cada cien mil habitantes, igualando a Coahuila, según datos preliminares de 2024 del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI). Esta alarmante estadística resalta la imperiosa necesidad de reforzar las estrategias de prevención y atención a la salud mental en la región.
La Secretaría de Salud de Tabasco, bajo la dirección de Alejandro Calderón Alipi, informó que la Línea de La Vida ha recibido más de 500 llamadas de auxilio solicitando apoyo psicológico tan solo hasta agosto. Calderón Alipi subrayó la disponibilidad de apoyo psicológico las 24 horas, aunque puntualizó que las estadísticas son gestionadas a nivel federal.
La depresión, la ansiedad y los pensamientos suicidas son un tema de particular preocupación entre los jóvenes universitarios, especialmente los de nuevo ingreso. Un reciente sondeo de Sintexto en la Universidad Juárez confirmó datos publicados por la máxima casa de estudios que concluye que el 40 por ciento de los estudiantes de primer semestre experimentan estas problemáticas.
Francisco Quirino, estudiante de Ciencias de la Educación, compartió el agobio de levantarse temprano y llegar tarde a casa, encontrando apoyo en sus compañeros ante la insuficiencia del respaldo familiar. Moisés, estudiante de octavo semestre de Idiomas, mencionó haber experimentado angustia y ansiedad debido a altibajos personales, incluso tras dos años sabáticos.
Jesús Manuel, de Mercadotecnia, quien estudia y trabaja destacó las complicaciones que ha tenido que afrontar, animando a sus compañeros a no rendirse. Por su parte, Francisco de Comunicación (séptimo semestre) y Victoria, Leslie y Kelly de primer semestre de Idiomas coincidieron en que la inminente vida independiente les genera mucha presión, solicitando ayuda entre ellos o con profesionales y enfatizando que "para todo hay solución".
A nivel nacional, el panorama también es inquietante. En 2024 se contabilizaron 9 mil suicidios en México. De estos, el 80.7% fueron hombres y el 19.2% mujeres, con tres casos sin especificación de sexo. La tasa promedio nacional fue de 6.9 suicidios por cada 100 mil habitantes. Las entidades con las tasas más elevadas fueron Chihuahua (16.4), Yucatán (16.2) y Aguascalientes (14.3).
Aunque la tasa de suicidios fue significativamente mayor en hombres (11.2 por cada 100 mil) que en mujeres (2.6 por cada 100 mil), el grupo de 30 a 44 años presentó la tasa más alta (10.7), seguido de cerca por el de 15 a 29 años (10.2). En mujeres, las tasas más elevadas se observaron entre los 15 y 29 años (5.1) y de 30 a 44 años (3.1). Para los hombres, los rangos de 30 a 44 años (18.8) y de 15 a 29 años (15.4) fueron los más afectados.
El 73.1% de los suicidios en personas de 15 años y más correspondieron a quienes realizaban alguna actividad económica y los mayores porcentajes se registraron en personas con secundaria completa (29.4%) y bachillerato (22.5%).
La población soltera representó el porcentaje más alto (51.6%), especialmente en el grupo de 15 a 29 años (72.7%). Las personas unidas ocuparon el segundo lugar (41.8%). El ahorcamiento, estrangulamiento o sofocación fue el método más común (85.2%), seguido por el uso de arma de fuego (5.6%) y el envenenamiento (5.1%). La vivienda particular fue el lugar predominante donde ocurrieron los suicidios (68.9%).
Estos datos, divulgados en el marco del Día Mundial para la Prevención del Suicidio, conmemorado el 10 de septiembre, constituyen un llamado urgente a la acción. Es crucial que autoridades, instituciones de salud y la sociedad en general colaboren para implementar programas de prevención más efectivos, ampliar la cobertura de servicios de salud mental y desestigmatizar la búsqueda de ayuda profesional. La atención oportuna y el apoyo integral pueden ser decisivos en la vida de quienes atraviesan momentos de crisis.










