TABASCO. Aunque las raíces del feminismo en Tabasco se extienden a través de varias generaciones, en los últimos cinco años se ha observado un incremento notable en la coordinación y la eficacia de los movimientos de mujeres en la región.
Las colectivas feministas tabasqueñas no sólo han logrado articular movilizaciones de mayor alcance, sino también se van distinguiendo de acuerdo con sus posturas.
Si bien todas persiguen la igualdad de derechos y oportunidades para las mujeres, así como la disminución de la violencia, hoy por hoy, se puede hablar de tres vertientes identificadas en la entidad, dentro de todas las corrientes del feminismo: las abolicionistas, las incluyentes y las antifeministas.
EL 8M DE 2020
El 8 de marzo de 2020 marcó un hito en la historia feminista de Villahermosa.
Alrededor de las tres de la tarde, un contingente de mujeres jóvenes, vestidas de morado y verde, tomó las calles del corazón de la ciudad. Con pancartas en mano y bengalas de humo, avanzaron desde el Parque Juárez, por la avenida Francisco I. Madero, giraron en 27 de febrero y llegaron a las espaldas del Palacio de Gobierno.
Allí, frente al monumento al Bicentenario de la Independencia —popularmente conocido como “fierro viejo”—, realizaron un acto simbólico que resonaría en la memoria colectiva: por primera vez las mujeres le encontraban utilidad al monumento y, cansadas de una importante alza en la violencia por parte de los hombres, iniciaron un performance que incluyó escribir con pintura sobre este obelisco, sus posturas, así como nombres de mujeres víctimas de la violencia.
Desde entonces, el obelisco se convirtió en un punto de encuentro anual para las manifestaciones del 8M, un símbolo de resistencia y de la consigna que resonó aquel día: “América Latina será toda feminista”.
Este acto fue un parteaguas, porque dejaron para la posteridad el primer registro que se tiene de colectivas de mujeres, apropiándose de un momento en la entidad mediante las la escritura de mensajes. Días antes, los “tendederos” en la UJAT, donde alumnas denunciaban a presuntos acosadores, habían puesto en jaque a la comunidad académica.
El 9 de marzo, durante el paro “Un día sin nosotras”, la ausencia de mujeres puso a la División Académica de Educación y Artes (DAEA) de la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco (UJAT) como un pueblo fantasma donde sólo convivieron los hombres.
UNA OLA QUE INSPIRA
El feminismo tabasqueño no se renueva en aislamiento, sino como parte de una ola latinoamericana que, en las últimas dos décadas, se ha distinguido por tres rasgos: la lucha por los derechos reproductivos, la respuesta a la violencia de género y la acción directa.
Las tabasqueñas se inspiraron en eventos como “La Marcha Diamantina” de 2019 en la Ciudad de México, en respuesta a casos como el feminicidio de Lesvi Berlín Osorio y Miranda Mendoza Flores, estudiantes de la UNAM, o la violación de una mujer por policías capitalinos. También miraron al “Mayo feminista” de 2018 en Chile, cuando 200 mil personas marcharon tras el brutal ataque a Nabila Rifo, a quien su pareja dejó al borde de la muerte arrancándole los ojos.
Más atrás, la protesta “Ni Una Menos” de 2015 en Argentina marcó un precedente con el pañuelo verde como emblema de la lucha por el aborto legal, logrando en 2020 la aprobación de la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo —hoy amenazada por el gobierno de Javier Milei.
Incluso en España, “El Tren de la Libertad” de 2014, con su “Marea Violeta”, influyó al movilizar a miles contra restricciones al aborto. En Chile, performances radicales como el de la Universidad Católica en 2019, con mujeres a torso desnudo desafiando símbolos patriarcales, encontraron eco en México un año después, donde las protestas escalaron con daños a infraestructura y restricciones a hombres, personas trans y medios acusados de sensacionalismo.
UN MOVIMIENTO QUE HA TRANSFORMADO EL PAISAJE URBANO
Han pasado cinco años desde aquella primera marcha masiva en Tabasco, que en la actualidad reúne a más de 400 mujeres cada 8 de marzo en el Día Internacional de la Mujer o cada 25 de novimebre en el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. Las demandas persisten, con logros trascendentales pero las acciones han evolucionado: pintar fachadas de monumentos, instituciones y hasta inmuebles privados en la avenida 27 de febrero se ha vuelto habitual.
Un ejemplo es una casa particular frente a La Casa Universitaria Cacao y Chocolate, cuya dueña, víctima de violencia de pareja, prefiere el anonimato y no pintarla, “con cada manifestación, vuelve a ser intervenida”, explica, aun con eso, ella está a favor de la marcha.
En la Escuela Secundaria "Rafael Concha Linares", las pintas permanecieron casi un año. Elizabeth Torres Cano, coordinadora académica, relata: “nosotros no estamos en contra de esa manifestación. Somos mujeres y sabemos que en la actualidad hay mucha violencia; entonces necesitamos manifestarnos, están en su derecho, pero al dañar una institución pública, consideramos que también estamos haciendo violencia”.
Para este 8 de marzo, la escuela planea colocar “pellones” con mensajes alusivos al Día de la Mujer, buscando apoyo y respeto mutuo.
Cerca del Instituto Juárez, un comercio de productos naturales aún conserva el hashtag #invisibilizadas en una pared de sus costados. Alejandra Ramos García, encargada, opina: “estoy a favor de proteger a las mujeres, pero creo que no es necesario pintar y rayar los locales, porque qué ganan con eso, si no da ninguna solución”.
¡RED QUE NO PARA!
Natividad Pérez Olán, presidenta de Lunas A.C., activa desde hace 20 años, explica cómo surgió la red feminista tabasqueña: “tuvimos la necesidad de ir buscándonos a través de redes sociales, números telefónicos e hicimos un directorio. Empezamos a darnos cuenta que era necesario no parar”.
Entre 2019 y 2020, 21 colectivas se unieron en un grupo de WhatsApp —hoy reducido a 10—, tras un aumento del 300% de la violencia durante la pandemia de acuerdo a la Comisión de los Derechos Humanos.
Entre sus logros está la reforma a la Ley de Acceso a las Mujeres a una Vida Libre de Violencia por violencia vicaria. Sin embargo, Pérez Olán lamenta: “no hemos logrado disminuir la violencia en contra de las mujeres, porque damos un paso hacia adelante en derechos de las mujeres, pero damos dos pasos atrás con la cuestión de la violencia”.
En 2024, Tabasco, según registro de los colectivos, hubo 32 feminicidios, un récord histórico, a decir de la activista.
LA DIVISIÓN
No todas las feministas comparten el mismo enfoque. Desde 2023, emergieron dos polos: las incluyentes, como Lunas, y las abolicionistas, radicales que rechazan a la comunidad trans, la pornografía y el embarazo subrogado. “Las feministas, con sus diferentes corrientes, cada una tiene sus diferentes posturas (…) no todas pensamos y actuamos de igual manera”, dice Pérez Olán.
Nadia Alejandra, en su columna “Feminismo para todxs”, describe esto que calificó como una ruptura ocurrida en el año mencionado: “la Red comenzó a dividirse tiempo después, esencialmente porque una gran parte de ella insistió en patologizar, discriminar y estigmatizar a la población trans como si fueran enemigxs”.
En 2023, Villahermosa tuvo dos marchas del 8M: una incluyente y otra separatista, que retiró con “aversión y burla” los carteles de la primera, afectando incluso a víctimas de transfeminicidios y feminicidios, relata Nadia.
CRÍTICA DESDE DENTRO
María Magdalena Cruces Galán, fundadora del Colectivo Nacional de Mujeres por la Igualdad, un colectivo que se autodenomina “antifeminista, provida y defensor del principio de igualdad”. Con 14 años de activismo, critica privilegios femeninos en el sistema legal y la violencia de algunas feministas.
“Nosotros decimos que cuando tú consigues un derecho, por encima de los derechos de alguien, ya no se llaman derechos, son privilegios”. Su colectivo, surgido en Tabasco entre 2016 y 2017, cuestiona leyes como la de violencia vicaria y propone la alienación parental, además de rechazar la Agenda 2030 de la ONU por promover “victimismo femenino”.
Cruces Galán asegura que “el empoderamiento quiere decir crecimiento (…) no culpar a nadie de lo que te pasa, sino tú hacerte mejor. Y la mujer (feminista) no, el empoderamiento es fregando a los hombres”. Ahora, su estrategia se centra en podcasts y plataformas digitales para contrarrestar el 8M, con un mensaje claro: “Por la ley, les tengo noticias, ustedes, los hombres, están acabados”.
A cinco años del “boom” feminista en Tabasco, el movimiento sigue vivo, diverso y en constante evolución. Entre pintas, marchas y debates, las mujeres tabasqueñas reclaman su lugar, inspiradas por una ola latinoamericana que no cesa. Este 8 de marzo, Villahermosa será nuevamente testigo de su fuerza qué, aunque exista más de un frente, persiguen los mismos objetivos en un camino que, aunque complejo, no tiene marcha atrás.