A pesar de los constantes llamados a la austeridad por parte de la presidenta Claudia Sheinbaum, dirigidos a los miembros del partido Morena y a la sociedad en general, para que adopten un estilo de vida basado en la "justa medianía", José Ramón López Beltrán, hijo del expresidente Andrés Manuel López Obrador, se encuentra una vez más en el ojo del huracán mediático debido a sus lujosas vacaciones. En esta ocasión, el primogénito del exmandatario fue captado disfrutando de las exclusivas instalaciones de un complejo turístico en Cancún, Quintana Roo, desatando una ola de críticas y reavivando el debate sobre la congruencia entre el discurso oficial y el estilo de vida de algunos miembros de la élite política.
Este incidente se suma a una serie de episodios similares protagonizados por la familia del expresidente. Recientemente, su hermano, Andrés Manuel López Beltrán, conocido como "Andy", fue objeto de escrutinio público por vacacionar en Japón, justificando su viaje con "extenuantes jornadas de trabajo" dentro de su partido. Las críticas dirigidas a José Ramón no solo se centran en el evidente lujo de sus vacaciones, sino también en el lugar elegido para su hospedaje: un hotel propiedad del empresario Daniel Chávez. Esta relación es particularmente sensible, dado que Chávez fue un notorio beneficiario de contratos y concesiones durante el sexenio de López Obrador, lo que plantea serias interrogantes sobre posibles conflictos de interés y el uso de influencias.
Un detallado reportaje del portal Entorno.mx ha expuesto a López Beltrán disfrutando de las amenidades del complejo Vidanta Riviera Maya. Las imágenes y la información revelada por el medio muestran al hijo del expresidente relajándose en las piscinas del exclusivo complejo, cuyos precios de alojamiento son exorbitantes para el ciudadano promedio mexicano. Según el reportaje, las tarifas por noche en Vidanta Riviera Maya oscilan entre los 9 mil 800 pesos, en las opciones más accesibles, y los 30 mil pesos. Sin embargo, las villas privadas, que ofrecen un nivel superior de lujo y privacidad, pueden superar los 80 mil pesos por noche, dependiendo de la temporada y los servicios exclusivos que se contraten.
Entorno.mx ha estimado que López Beltrán y su familia han permanecido al menos dos semanas en dicho resort, lo que implicaría un gasto mínimo de 137 mil pesos. Esta cifra, sin embargo, se incrementaría considerablemente al considerar las amenidades adicionales y los servicios propios de un hotel de categoría cinco diamantes, como alimentos, bebidas, tratamientos de spa, actividades recreativas y transporte, que a menudo son utilizados por huéspedes de este tipo de establecimientos. La magnitud de estos gastos contrasta fuertemente con el discurso de austeridad promovido por el partido en el poder.
El reportaje de Entorno.mx también destacó la estrecha relación entre Daniel Chávez, propietario de Grupo Vidanta, y el expresidente López Obrador, quien además es compadre del exmandatario. Durante el sexenio anterior, Grupo Vidanta obtuvo beneficios significativos por parte del gobierno federal, incluyendo la ampliación de tres concesiones federales existentes para operar playas en Nayarit, Jalisco y Guerrero. A esto se sumaron dos nuevos permisos adicionales para playas en Acapulco y Puerto Vallarta, además de otras prórrogas y nuevas concesiones que consolidaron la posición de la empresa en el sector turístico. Esta red de favores y beneficios levanta sospechas sobre la transparencia y la equidad en la asignación de recursos y permisos durante la administración pasada.
Además de sus vacaciones de lujo, José Ramón López Beltrán ha sido objeto de críticas recurrentes por su ostentoso estilo de vida en general. Se le ha visto en posesión de artículos de lujo y ha viajado a destinos exclusivos y paradisíacos como Aspen o Venecia, lugares que resultan inalcanzables para la gran mayoría de los ciudadanos mexicanos, lo que profundiza la percepción de una desconexión con la realidad económica del país y con los principios de la llamada "Cuarta Transformación".
Asimismo, López Beltrán es conocido por su activa participación en la red social X (anteriormente Twitter), donde es frecuente que protagonice altercados y discusiones acaloradas con adversarios políticos de la Cuarta Transformación. Su presencia en estas plataformas digitales, a menudo marcada por confrontaciones, contribuye a mantenerlo en el foco de la atención pública y a alimentar el debate sobre la coherencia entre el discurso político y las acciones personales de los miembros de la familia presidencial.