TABASCO. La plaga del gusano barrenador, aunado a la crisis petrolera en la región y el cierre de la frontera de Estados Unidos a las exportaciones de ganado mexicano, comenzó a generar repercusiones en el estado, especialmente en las carnicerías del mercado público "José María Pino Suárez", cuyas ventas se han desplomado hasta en un 50%.
De acuerdo con Dorilián Pozo Pérez, un expendedor de carne de res en este centro de abasto de Villahermosa, las afectaciones en el sector ya se reflejaron con el cierre de seis establecimientos de productos cárnicos.
La poca comercialización de carne registrada en las últimas semanas, más un alza en los precios de las reses en pie que tienen que comprar a productores del estado de Veracruz, son los principales factores que condenaron a los tablajeros a la quiebra.
En Tabasco -indicó- no hay ganado de engorda, como anteriormente se tenía, cuando se contaba con el extinto Frigorífico de Villahermosa, que era el punto de venta para los carniceros tabasqueños.
"A principio de enero dejó de pasar el ganado de la frontera sur por el gusano barrenador. Aquí no hay engordaras. El frigorífico ya no existe. Y lo que hacen es llevar el ganado a Veracruz y en el traslado de ida y vuelta, sube el precio; y eso, lógicamente, como compradores nos afecta", explicó.
Esta situación les ha pegado en la comercialización del producto, pues ha obligado a subir el precio hasta en un 25%, recordando que el costo promedio de los cortes oscilaba en 190 pesos y ahora se disparó la carne hasta 230 pesos el kilogramo.
Sólo en el mercado Pino Suárez hay 22 tablajeros, de los cuales seis ya dejaron el negocio debido a la caída en la comercialización hasta en un 50 por ciento, reiteró.
Dorilián Pozo compartió que en su caso perdió clientes a raíz de la crisis petrolera y la falta de pagos a proveedores en el estado.
Indicó que la comercialización hacia los proveedores petroleros le significaban ventas aceptables, por lo que se consumía en plataformas y las mismas compañías de ese sector.
Sin embargo, la falta de pagos de Pemex a sus proveedores y de estos, a sus subcontratistas, generó un efecto dominó que ha representado un duro golpe duro para su nivel de ventas, se quejó.
Además, según ventiló, se tiene conocimiento que algunos proyectos comerciales e industriales han cerrado operaciones en la región, lo que ha llevado a un escenario aún más complicado.