TABASCO. En esta temporada de Semana Santa, la tradición y la fe se entrelazan en el taller de Alejandro Ovando Hernández, un artesano con más de 40 años de experiencia en la restauración de imágenes religiosas y objetos diversos.
Ubicado en el corazón del mercado "José María Pino Suárez", su taller es un refugio para aquellos que buscan preservar sus tesoros religiosos y sentimentales.
El conocimiento de la restauración ha sido transmitido de generación en generación en la familia de Ovando Hernández. "Aquí en el mercado somos hermanos y primos los que trabajamos. Yo empecé casi desde los 10 años aquí, ya tengo más de 40 años trabajando", comparte con orgullo.
En su taller trabaja con una variedad de materiales, incluyendo yeso, resina, fibra de vidrio y madera, para restaurar imágenes religiosas de todos los tamaños y estilos. Sin embargo, su habilidad no se limita a lo sagrado, ya que también restaura objetos diversos con los mismos materiales.
El año pasado, el miedo a la inseguridad mantuvo a muchos alejados de su taller. No obstante, Ovando Hernández asegura que "está todo tranquilo" en el mercado y extiende una invitación a todos los tabasqueños para que visiten su taller.
"Mucha gente tiene miedo a salir de su casa... pero pueden salir, está tranquilo, estando con la fe en Dios, hermano, estamos bien todos", afirma.
Aunque la temporada alta de trabajo suele ser de noviembre a diciembre, Ovando Hernández señala que "siempre hay trabajo".
"Mucha gente trae si San Judas Tadeo, mucha gente, con tanto desastre en diciembre, nos trae sus imágenes y vienen ahorita a traer sus niños Dios", explica. Los precios varían según el tamaño y la complejidad de la restauración.
El artesano revela que la técnica de pintura ha evolucionado, pasando de las brochas al pincel a máquina, lo que permite un acabado más preciso y detallado.
El artesano recomienda a los ciudadanos acudir al mercado "Pino Suárez", un lugar donde la tradición y la fe se mantienen vivas. "Está tranquilo, no pasa nada", asegura, animando a la comunidad a superar el miedo y a mantener viva la tradición de la restauración de imágenes religiosas.