La pesadilla de los secuestros masivos en Nigeria alcanzó un nuevo y aterrador capítulo en la Escuela Católica St. Mary’s del estado de Níger. Un rayo de esperanza, teñido de angustia, iluminó brevemente la situación este domingo: al menos 50 de los 303 estudiantes raptados lograron escapar de sus captores, según confirmó la Asociación Cristiana de Nigeria (CAN).
El obispo Bulus Dauwa Yohanna, presidente de CAN en Níger, reveló el desgarrador detalle: los jóvenes se fugaron individualmente, en un acto de valentía desesperada, entre el viernes y el sábado. Sin embargo, el alivio es parcial y doloroso. La sombra del terror sigue cubriendo a 253 alumnos y 12 profesores que permanecen cruelmente retenidos por los secuestradores.
El secuestro, perpetrado el viernes por un grupo armado en la remota comunidad de Papiri, se suma a una espiral de violencia que devora al país. Apenas la semana pasada, 25 niñas fueron raptadas de otro internado y 38 feligreses, incluido un pastor, de una iglesia en el estado de Kwara cayeron en manos de distintas bandas.
Ante la escalada de horror, el Gobierno de Nigeria ha dictado una medida drástica y reveladora de la crisis: el cierre temporal de 41 internados en los estados de Níger, Kebbi, Plateau y Benue, considerados ahora los epicentros de secuestros y asesinatos. La educación en Nigeria se ha convertido en un objetivo de guerra, y la vida de cientos de inocentes pende de un hilo en la oscuridad del cautiverio.








