Castelgandolfo, Italia - Una ola de entusiasmo y esperanza recorre el corazón de América Latina, y en particular de México, tras las declaraciones del Papa León XIV. Este martes, al salir de su residencia en Castelgandolfo, el pontífice estadounidense expresó con una emoción palpable su firme deseo de emprender un viaje apostólico a la región, citando como uno de sus destinos más anhelados la Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe en la Ciudad de México.
Con una sonrisa que reflejaba un profundo afecto, León XIV confesó a los periodistas: "Yo encantado de viajar". Aunque las actividades del Jubileo de este año mantienen su agenda ocupada, el Papa mira hacia el futuro con la promesa de programar sus visitas internacionales el próximo año. El deseo de "volver a América Latina" es un sentimiento que no ocultó, confirmando que México se encuentra en el primer lugar de sus pensamientos.
La mención específica al santuario de la Virgen de Guadalupe, "La Morenita del Tepeyac", resuena como un eco de fe y devoción. Para millones de mexicanos, este anuncio no es solo una noticia protocolaria, sino una caricia al alma y una confirmación del vínculo especial que une a la Santa Sede con el pueblo de México.
Aunque por el momento no hay fechas confirmadas, y la única visita internacional inmediata es a Turquía y Líbano, la ilusión está encendida. El Papa también desveló su interés por visitar Fátima, así como Uruguay, Argentina y Perú, demostrando un amplio y cálido interés por todo el continente.
Las palabras de León XIV son un mensaje de cercanía y cariño, una promesa de que la fe y la esperanza que representa su figura pronto podrían materializarse en una visita que, sin duda, será un momento histórico y profundamente emotivo para toda la feligresía mexicana. El pueblo de México ya comienza a soñar con recibir al Sucesor de Pedro en la casa de su Patrona.








