CHIAPAS. En la entidad, como en muchas otras partes de México, la violencia contra las mujeres continúa siendo un grave problema de derechos humanos. El estado enfrenta altos índices de violencia de este tipo incluyendo feminicidios y agresiones en el ámbito familiar, así como homicidios dolosos y culposos.
En estudio realizado recientemente por la Unidad de Medicina Familiar (UMF) No. 25 de Tuxtla Gutiérrez, evidenció que el 47 % de las mujeres derechohabientes encuestadas sufre violencia doméstica, una cifra que triplica el promedio estatal del 12.6 %, registrado en 2021 por la Encuesta Nacional sobre Dinámica de Relaciones en los Hogares (Endireh).
El estudio analizó a 347 mujeres entre 20 y 59 años, identificando la violencia psicológica como la más frecuente (47 %), seguida de la física (18 %) y sexual (7 %).
El perfil de las afectadas corresponde a mujeres de 35 a 50 años, con educación preparatoria, dedicadas al hogar, casadas, residentes en zonas urbanas y de nivel socioeconómico medio-bajo.
Destacan que factores como la ocupación (amas de casa), la escolaridad (preparatoria) y el tipo de aseguramiento (beneficiarias, no titulares) mostraron asociación estadística significativa con la violencia.
En contraste, variables como el estado civil o la zona poblacional, pese a su prevalencia numérica, no arrojaron vínculos estadísticos relevantes.
La investigación fue liderada por Carla Paola Betanzos Hernández, residente de Medicina Familiar en la UMF No. 25 del IMSS, y Patsy Naxelly Ordaz Domínguez, médica especialista en la misma unidad.
Ambas, con sede en Tuxtla Gutiérrez, aplicaron metodologías validadas internacionalmente: el instrumento Woman Abuse Screening Tool (WAST) para detectar violencia y el método Graffar Méndez Castellano, para determinar estratos socioeconómicos.
El trabajo contó con aval ético de comités locales del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y consentimiento informado de las participantes.
Chiapas figura entre los estados con menor violencia de pareja a nivel nacional (12.6 %), los resultados de este estudio exponen una realidad local crítica. La prevalencia del 47 % supera incluso el 17.75 % reportado en 2020 en la misma región.
Las investigadoras alertan que la violencia psicológica, a menudo minimizada, es tan dañina como la física y requiere detección temprana en unidades de primer contacto, donde las víctimas buscan atención médica.
El artículo subraya la urgencia de implementar estrategias multidisciplinarias en centros de salud, con capacitación para personal médico, intervenciones educativas periódicas y canales de apoyo psicológico y legal.
“La violencia trastoca todos los ámbitos de la vida de las mujeres”, señalan las autoras, enfatizando que muchas mujeres ocultan su situación por culpa o vergüenza, lo que agrava su salud física y mental.