TABASCO. El nuevo caso de contaminación por hidrocarburos en la zona costera de Paraíso, a causa de una fuga de aceite en un ducto de Petróleos Mexicanos (Pemex) que va a la Terminal Marítima Dos Bocas, ha dejado secuelas entre quienes se dedican a la pesca.
Los más perjudicados resultaron ser los pescadores “libres” o independientes, quienes han tenido que detener sus labores, para evitar más daños a sus herramientas de trabajo, ya que reponerlos representará un gasto de miles de pesos, lo que los llevará a recurrir a préstamos.
La propia empresa Pemex, mediante un comunicado, admitió que hubo dos fugas en un ducto que transporta aceite de la Plataforma Akal-C a la Terminal Marítima de Dos Bocas (TMDB). Parte de este derrame acabó en playas y lagunas de Paraíso. Este jueves, la presidenta Claudia Sheinbaum reportó que el ducto dañado fue uno colocado en los años 70 y el derrame de barriles de hidrocarburo ascendió a los 300.
Sin embargo, aunque fue el pasado fin de semana cuando el derrame tuvo mayor visibilidad, Saúl Santos de la Cruz, presidente de la cooperativa de acuicultura y turismo El Chenake, en lo que es conocido como la Punta de Torno Largo, relató que los pescadores notaron la presencia de hidrocarburos en la laguna desde hace 15 días.
Cuando “salimos a pescar en la noche, les dije a los pescadores que ya se veía la presencia de ese ‘chapo’ (chapopote); de hecho se nos manchó la lancha”, narró.
La contaminación llevó a que perdiera ocho redes de pesca, cada una valuada en 8 mil pesos, por lo que reponerlos le costaría casi los 30 mil pesos. Santos de la Cruz se dice perjudicado, porque “como pescador libre no hay quien nos apoye. Las redes que nosotros tenemos las venimos armando a base de esfuerzo”, afirmó.
De acuerdo con don Saúl, sobre esta laguna trabajan al menos 30 lanchas entre pescadores libres y cooperativas, mismas que corren el riesgo de reportar pérdidas parecidas. En su caso, Santos de la Cruz optó por suspender actividades desde hace más de dos semanas para evitar más pérdidas como consecuencia del derrame.
Miguel Ángel Castillo Bernardo, quien además de ser pescador también es sobrino de Saúl, reportó pérdidas similares: 28 mil pesos solo en redes. “Es el sustento de la familia, nosotros vivimos todo el tiempo al día (…) merma bastante tanto económicamente y laboralmente, porque estamos gastando más de lo que había”, señaló.
Indicó que los pescadores independientes, al no recibir indemnizaciones, deben cubrir estos gastos por su cuenta, recurriendo frecuentemente a préstamos que los endeudan.
El impacto va más allá de la pesca. La contaminación ha afectado el turismo en Punta de Torno Largo, un sitio donde los visitantes toman lanchas para llegar a la playa.
Santos de la Cruz lamentó que “eran dos lanchas que tenía para el transporte, pero las paré porque aquí dejó de venir la gente totalmente”. Además, la venta de ostiones se ha desplomado debido a temores sobre la seguridad de los productos de la laguna, dejando a los pescadores sin ingresos alternativos.
El pescador recordó que no es la primera vez que se ven afectados por la contaminación, y en todas las ocasiones, jamás han recibido una indemnización, por lo que denunció que la regulación limita el número de lanchas permitidas, obligándolos a depender de permisionarios que se quedan con los apoyos gubernamentales.
A esto se suma el impacto de las 40 plataformas petroleras instaladas en Dos Bocas, que los obligan a pescar más lejos, incrementando sus gastos de combustible. “Antes este era el espacio de nosotros, en el que íbamos a buscarnos la vida”, recordó.
Por lo que hizo un llamado a las autoridades, quienes, aseguró, están en deuda con ellos. “Cuando el gobernador Javier May necesitó nuestro apoyo, nosotros lo apoyamos con el voto para llevarlo al poder, ahorita nosotros estamos necesitando de él”, aseveró Santos de la Cruz.